Hasta hace unos años, pensaba que el gran problema argentino era la ausencia de un rumbo claro. El “bolasinmanijismo”, aquello de que al que no sabe a dónde va no hay viento que le venga bien.
Lamentablemente, la sucesión de episodios desde el golpe de diciembre de 2001 me han convencido de dos cosas:
- Argentina tiene un rumbo muy claro: el populismo clientelista
- Y es casualmente ese rumbo lo que constituye su principal problema
Los argentinos de tanto en tanto, forzados por las circunstancias, intentan a regañadientes retomar la moderación y la racionalidad. Pero, a la primera de cambio, en cuanto la realidad se los permite, vuelven inmediata y gustosamente a las andadas.
Para mí son tres cosas:
ReplyDelete1) La idea de que si no protegemos a la industria nos convertiríamos en un país pastoril (según dicen, como Uruguay) con millones y millones de desempleados y pobres.
2) la idea de que el fin de la actividad económica es sostener al fisco, que se encarga de "redistribuir" la riqueza, corrigiendo las "injusticias" del mercado.
3) corolario de 2: cualquier medida de racionalidad (ej: no gastar más de lo que se recauda) implica estar en favor de los ricos y en contra de los pobres.