Se conoce otra clasificación de universidades del mundo en donde las argentinas ni figuran o se caen de la tabla.
¿Alguien puede sorprenderse? Creo que no.
Tal vez lo más revelador de este ejercicio no sea tanto la clasificación en sí, siempre discutible, sino el rechazo que despiertan este tipo de mediciones entre los “expertos” del área en Latinoamérica.
La región parece empeñada en vivir permanentemente en una realidad paralela. Un mundo mágico en el que les va mal no por incapacidad manifiesta sino por la ineficiencia de los patrones de medición, que no se ajustan a la realidad de la zona.
Para muchos latinoamericanos es preferible toda la vida seguir ignorando los problemas, con la esperanza de que algún día desaparezcan solos, que admitir su existencia y tratar de solucionarlos.
Para nada sorprendente.
ReplyDeleteEl asunto, lamentablemente, tiene que ver con algo que comentaba ayer acá: bajos sueldos, escaso presupuesto, cantidad en lugar de calidad.
ReplyDeleteEstos ránkings en general se basan en el número y trascendencia de papers publicados, y nivel de influencia de los graduados en organizaciones de gobierno e internacionales.
Lo triste es que tenemos muy buen material, que no sabemos usar.
Trenes, subtes, universidades, todo es el producto de la sociedad. No se busca la excelencia sino dar títulos, el título se termina devaluando como la moneda cuando hay inflación y también de devalua su emisor. Se busca cantidad y no se hace nada por la calidad. Carreras que duran 15 años, contenidos desactualizados, "trabajadores" de la educación (solo van por la $$$), etc...
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