Alejandro Rozitchner se refiere a los taxistas de Buenos Aires, pero en realidad está describiendo a millones de argentinos:
Por el bien de la ciudad y del país, los taxistas porteños deberían ser re educados. Su siempre nefasta visión del mundo, su escepticismo, su cinismo, su desencanto, son reproductores constantes del desamor por el mundo. El efecto contagioso que ejercen sobre los dudosos o desprevenidos puede ser fatal. Son máquinas de desperdigar por la ciudad una mirada de fatalidad y pobreza, sospechan de todo, se creen sabios por haber yirado tristemente por la ciudad acechando al cliente, y son simplemente seres que creen en el fracaso como modo de vida.
Sí, claro, no todos. Hay taxistas copados. Pero pocos. La enorme mayoría hace gala de una visión reprochista del mundo, como si no gustar de nada fuera la expresión de una sensibilidad superior. Si no inventaron el tango le pegan en el poste. Reproductores de una versión miserable de todas las cosas, deprimidos que no saben que están deprimidos, cínicos observadores llenos de mala onda y resentidos frente a todo disfrute.
Cuando te toca un taxista distinto sos feliz, y ahí te das cuenta hasta qué punto su militancia dañina en la desolación tiene peso en el espíritu de nuestra ciudad.
Hay que re educarlos, curarlos, bañarlos, enseñarles a querer algo, a pensar cosas lindas, a superar el tedio de las mil horas a la deriva.
Luis, si bien no tiene nada que ver con los taxistas, esta frase sacada de un link (http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1056876) creo que lo dice todo:
ReplyDelete“”Nosotros queremos comprar carne argentina, que aquí es muy apreciada, pero la Argentina no nos quiere vender, ¿por qué?”"
¿Qué estamos haciendo?
Andrés
De terror, Andrés, me cuesta entender. Es como empecinarse en hacer las cosas mal.
ReplyDeleteHay que decir que los taxistas son una raza aparte en todo el mundo.
ReplyDeleteNo se si vieron Brain Candy, de los Kids in the Hall. No quiero arruinarla si no la vieron, veanla, pero a los taxistas amargos les reserva un rol muy gracioso.
Joya, nunca taxi.
ReplyDeleteEs un poco asi... No quiero hacerme el international pero alguien se tomó un taxi en Roma, NY, Neuquen o Caracas? Los tacheros son una subespecie en todo el mundo.
ReplyDeletes2
Acá la mayoría son yugoslavos, ningún problema. Eso sí, ninguno usa cinturón de seguridad.
ReplyDeleteEngendran en sí la frustración del argentino en general, me parece. Laburan mucho pero la guita no alcanza para nada, y el tacho es un manotazo al último recurso por lo general, por lo que creen no deberían estar allí. Todo un tema.
ReplyDeleteEn Madrid, los taxistas en su gran mayoría votan al PP. Los más viejos son, sin duda, franquistas.
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