Campanille, Los Angeles, CA
Los Angeles es sin dudas una de las capitales culinarias del mundo (es cierto, compite con Las Vegas -sí... Las Vegas, la ciudad de los casinos-, New York, París, Barcelona, San Francisco y Londres -sí, Londres... la capital del país anti-culinario del mundo-). Tuve la gran fortuna de vivir varios años en el corazón de la ciudad, y como sabíamos que no estaríamos allí eternamente, decidimos crear un rito por el tiempo que estuvimos allí: recorrer los restaurantes más renombrados de la ciudad. Era un rito sagrado cada semana coleccionar los reviews de diferentes lugares para decidir donde apuntar el sábado a la noche. Me caen lágrimas de solo recordar esos momentos. Pero este post no es para llevarlos por mi sendero nostálgico, paciencia con su opinador, es la introducción nomás.
En fin, uno de los primeros lugares que apuntamos fue Campanille, un restaurante muy poco pretencioso que estaba a unas cuadras de nuestro departamento. La puerta de entrada parecía un zaguán que conducía a un conventillo (después me enteré que esa fue la primera casa de Charles Chaplin cuando recién llegó a California). Me sorprendió la sobriedad del lugar que era considerado uno de los mejores restaurantes del país, aunque cuando llegó la cuenta la sorpresa se fue al carajo (chiste obligado). Campanille en esa época tenía como chef a Suzanne Goin, considerada por la prensa especializada como una de las mejores chefs del mundo. Pero no a ella va dirigida este post. Paciencia con este opinador, que trata de juntar ideas incoherentes a estas horas de la noche. Suzanne estaba apurada todo el tiempo gritando y dando órdenes al batallón de empleados que tenía a su cargo. Uno de estos oficiales era Rodolfo Aguado.
Rodolfo Aguado cruzó la frontera con su familia desde México esquivando teresos en la cloaca que divide ese país con Estados Unidos cuando adolescente. Sin una palabra de inglés, comenzó a dar vueltas por las calles de Los Angeles buscando el bendito cartel: "Help Wanted". Lo encontró en Campanille. A las horas tenía un flamante delantal y una pila de platos para lavar. Así estuvo Rodolfo varios meses, lavando platos con un ojo y con el otro puesto en la tarea de los "prep", los ayudantes de cocina que pican y preparan los ingredientes para los cocineros. Cuando subió el escalón, el muchacho llamó la atención de Suzanne, que estaba intrigada por la curiosidad y la habilidad del lavaplatos que balbuceaba tres palabras en inglés. Suzanne lo llevó a su lado y comenzó a darle más responsabilidades. Rodolfo tenía 19 años. Muy entusiasmada con el progreso del muchacho, le dijo un día: "Qué tengo que hacer para servir de sponsor para pedir tu green card?". Hoy Rofolfo Aguado tiene 29 años y es el chef de Lucques, uno de los mejores restaurantes del planeta.
El de Rodolfo no es un caso aislado. Hoy veo que Los Angeles Times dedica un artículo a chefs que llegaron sin papeles, comenzaron lavando platos y hoy manejan la cocina de algunos de los restaurantes más prestigiosos de la ciudad. Estas historias me hablan de la grandeza de un país que sigue premiando el trabajo, el esfuerzo y el talento, sin importar de donde venís ni que apellido tenés. Levanta el ánimo en tiempos en que el aire parece más pesado.
En uno de los libros de viajes de Anthony Bourdain, hay un capítulo entero sobre este tema, en particular sobre los chefs que salieron de Puebla.
ReplyDeleteMuy interesante post !
Ahora es el turno de Rodolfo de "spread the wealth"
ReplyDelete¿Cómo le hubiera ido en México?
ReplyDeleteRamiro, te explico, Rodolfo es un pobre ignorante que no sabe lo que le conviene. De otra manera se hubiera quedado en México, donde seguramente sería mucho más feliz y viviría dignamente.
ReplyDeletesi Rodolfo hubiera llegado a Buenos Aires, Suzanne le habria puesto la bota encima y no le hubiera dado ni una chance de picar cebolla!! (no vaya a ser que compita con ella a los pocos años...)
ReplyDeleteMe alegro muchisimo de que hayas podido disfrutar de las grandezas culinarias de LA y del exito de tantos laburantes en serio... que bueno!!
¿Cómo decís eso, Dolores? Si los americanos son crueles e insensibles y sólo les importa el dinero y los argentinos somo gauchos y generosos. ¿O no?
ReplyDelete"o no?" NO.... la respuesta Blogovido es NO... ;-)
ReplyDeleteRamiro, La Brea bldv y wilshere no?
ReplyDeletesaludos,
McMannus
MM: Sí, La Brea dos cuadras arriba de Wilshire.
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