Robo

Más sobre la marcha contra el robo de los fondos de capitalización, con fotos y todo, esta vez de Figarillo.

Me quedo con la reflexión de Juan de los Palotes Medrano:

Yo tengo una sensación parecida: La gente ya está harta de confrontación, y como enfrente hay un Gobierno que adora y fomenta la confrontación creciente y permanente, ha llegado a un punto importante de hartazgo, como diciendo: "Hagan lo que quieran pero no me hinchen más las pelotas".

Últimamente creo (y lo digo casi seriamente) que Perón tenía razón, y los confundidos somos nosotros. Este es un país de cuarta, repleto de gente bruta y resentida, y no tiene sentido aplicarle categorías de país civilizado como "ley", "estado de derecho", "instituciones".

Mientras nosotros escribimos en blogs, un ejército de ñoquis e incapaces camina por los pasillos de las intendencias del conurbano, para ver que nuevo peso le puede arrancar al Estado. Sus "líderes" locales piensan (y actúan) exactamente igual, y de ese modo se va construyendo una dirigencia de cuarta. Ignorante y ladrona.

Encender la televisión, por ejemplo, y ver que entrevistan a un coimero recontra-conocido en el fuero laboral como Recalde, dan ganas de salir a los tiros por la calle.

Como eso no se puede (ni serviría para nada), lo que queda es la resignación, el lamento, la tristeza.

Argentina pudo haber sido un gran país. Pero su dirigencia se equivocó feo (comenzando por Sáenz Peña), y ya nunca será un gran país. Ni siquiera un país. Apenas un territorio, con un nombre, y un caudillo que hace y deshace a su antojo.

A quien no le guste, se tendrá que ir.