John Stossel toca un tema que personalmente me resulta muy interesante.
¿Es necesariamente positivo que todo el mundo vote? No hablo del derecho a votar sino de la obligación de hacerlo.
Personalmente creo que es extremadamente importante disponer de la mayor cantidad de información posible y emitir un voto responsable. Pero conozco muchas personas a las que no les interesa en absoluto la política, ni la partidaria ni la otra.
¿Deben estar obligados a votar? Yo creo que no. Tal vez para esas personas la mejor contribución al sistema pasa por no votar.
En nuestras discusiones políticas en la facultan, Rosenwasser siempre decía que si se eliminaba la obligatoriedad del voto en Argentina, los resultados serían muy parecidos a los que surgían en las elecciones de la universidad donde estudiábamos. Sólo votarían las personas más radicalizadas políticamente, que suelen ser de izquierda, y saldrían electos esperpentos como el petiso Alderete, el presidente del centro de estudiantes de filosofía y letras, el mismo que hacía 7 años que cursaba materias de segundo año e interrumpía las asambleas para exigir el “no pago de la deuda externa” y la creación de los “estados unidos socialistas de Sudamérica”.
Yo siempre le retrucaba que, a juzgar por los resultados, la cosa no cambiaría demasiado.
El petiso Alderete, una plaga.
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