El verdadero público del cine argentino financiado forzosamente con plata de los contribuyentes argentinos que de otra manera no comprarían una entrada ni de casualidad son los funcionarios de turno.
Estas cosas pasan cuando en lugar de armar un proyecto de inversión y salir a tratar de convencer a alguien para que ponga la plata sólo hace falta prostituirse artísticamente y hacer lobby frente a una repartición pública.
La gente solo ve mal a los sindicalistas (una de las corporaciones fascistas) que viven de la gente, pero se olvidan de todos estos chantas que viven de chupar de los impuestos.
Igual que en la plena década de los ´70, con una diferencia. Ahora la juventud no les da bola, están en otra cosa. El entorno internacional, las comunicaciones, globalización y las facilidades que tienen y que no había en aquellos años han cambiado los objetivos y necesidades. Esta película va a estar en cartel lo que dura un pedo de mosquito.
El verdadero público del cine argentino financiado forzosamente con plata de los contribuyentes argentinos que de otra manera no comprarían una entrada ni de casualidad son los funcionarios de turno.
ReplyDeleteEstas cosas pasan cuando en lugar de armar un proyecto de inversión y salir a tratar de convencer a alguien para que ponga la plata sólo hace falta prostituirse artísticamente y hacer lobby frente a una repartición pública.
La gente solo ve mal a los sindicalistas (una de las corporaciones fascistas) que viven de la gente, pero se olvidan de todos estos chantas que viven de chupar de los impuestos.
ReplyDeleteHablando de sindicalistas, una pata de la "coproduccion" es el centro cultural caras y caretas que pertenece al SUTERH (sindicato de porteros).
ReplyDeleteIgual que en la plena década de los ´70, con una diferencia. Ahora la juventud no les da bola, están en otra cosa. El entorno internacional, las comunicaciones, globalización y las facilidades que tienen y que no había en aquellos años han cambiado los objetivos y necesidades.
ReplyDeleteEsta película va a estar en cartel lo que dura un pedo de mosquito.
Por lo menos ahora no hay mayoritariamente nadie dispuesto a inmolarse por esos disparates.
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