Ricardo López Göttig, creo que podemos decir uno de los nuestros, sobre internet y la política, en La Nación de hoy.
¿Es válido también para países como Argentina, muchos más cercanos a la Venezuela de Chávez que al Brasil de Lula o el Uruguay de Tabaré? Tengo mis dudas.
El tema es los microclimas que se generan y el trabajo de "inteligencia" para detectar opositores está servido en bandeja en países bananeros como el nuestro. Pero está bueno.
ReplyDeleteEl problema es quedarse en el mundo virtual y no salir a pelearla en el mundo real.
ReplyDeleteSi los del campo no cortaban las rutas, dificilmente huberan parado la 125 solo debatiendo y discutiendo por internet.
O como el caso de las AFJP, en cualquier foro que entras, estan todos en contra de la estatizacion, pero a la hora de movilizarse para parar la votacion no fue nadie.
Beto, el "mundo virtual" es como el teléfono, la radio o la televisión, son medios de comunicación.
ReplyDeleteLa mayor parte de los argentinos recibe noticias y opiniones políticas principalmente a través de la televisión.
La televisión y la radio están controladas en gran medida por el estado por el monopolio de las radiofrecuencias. De esa y de otras formas, el oficialismo puede censurar las opiniones y propuestas de sus adversarios.
Si bien en Internet se hallan los medios periodísticos tradicionales con mucha influencia estatal, existen también los blogs y otros sitios que no responden al oro y al garrote oficialistas.
Todavía estamos en pañales, y la televisión va a seguir siendo muy fuerte, pero poco a poco Internet, que es muy difícil de controlar, irá horadando los muros que tienen encerrados a los argentinos dentro del cine de 1984.
En países como Argentina se hace lo que dice el que controla la calle.
ReplyDeleteInternet es un medio de comunicacion, pero para muchos se esta convirtiendo en una nueva forma de vida, gracias la increible capacidad de interaccion del medio.
ReplyDeleteY el problema es que muchas veces se cae en una falsa sensacion de creer que todo se arregla virtualmente, de que todo va a mejorar por arte de magia detras de un teclado.
Pero a la hora de la accion nadie hace nada. Y por accion no me refiero solo a movilizarse para un acto.
Cuantos de los que hoy putean por el robo de los fondos de la AFJP, van iniciar juicios al estado ??
Me parece que si lo hace un 20% de los afiliados es un milagro.
Todos se quejan del estado de la educacion, pero cuantos padres participan activamente en la escuela de sus hijos para modificar el rumbo ??
La tecnologia nos esta dando grandes heramientas para compartir y debatir ideas.
Pero a las ideas hay que materializarlas, sino los corruptos, en cualquier ambito de la vida, nos pasan por arriba.
A lo que voy es que es un medio, un medio extraordinario, pero no se le puede pedir ni más ni menos que lo que se le pide a un medio.
ReplyDeleteEn cuanto a las marchas, sin despreciarlas, las cosas se cambian con votos, no con marchas.
Podés hacer mil marchas, pero si después gana un populista, es lo mismo que nada.
En cuanto a la calle, la televisión tiene mucho que ver.
ReplyDeletesin duda uno de los nuestros
ReplyDeleteGracias por los comentarios sobre el artículo.
ReplyDeleteMi objetivo fue, simplemente, llamar la atención sobre un nuevo fenómeno en la comunicación. Las marchas contra la estatización de las AFJP no fueron de cientos de miles, bien lo sabemos, pero fueron rápidamente articuladas a través de facebook.
Les confieso que, para la primera marcha, pensábamos que íbamos a ser unos 300, y se juntaron más de cinco mil personas...
Este es un fenómeno que recién está comenzando, es cuestión de ver cómo sigue evolucionando. No perdamos estos espacios para difundir los valores de la libertad.
La política presencial y territorial sigue siendo la más importante, y la presencia en los medios masivos de comunicación continuará siendo, por un buen tiempo, el principal escenario de la comunicación.
Pero la comunicación 2.0 nos permite llegar a nuevos públicos, nuevos receptores que quieren ser interactivos. En este sentido, creo que será multiplicador de nuestras ideas en un futuro no lejano.