Yo insisto, perdón por la cantinela. En algún momento, más por necesidad que por convicción, este gobierno, el que venga después o el que venga después de que venga después, va a tener que intentar que la Argentina vuelva a ser un país medianamente normal.
¿Qué significa eso? Alguien va a tener irremediablemente que hacerse cargo del tendal que van a dejar los Kirchner. Habrá que volver a tener moneda, sincerar las estadísticas, terminar con los controles de precios y subsidios, recuperar el crédito, volver a tener una política exterior medianamente coherente, reconstruir las fuerzas armadas y de seguridad, volver a tener una justicia y un legislativo más o menos independiente, volver a tener un sistema financiero medianamente funcional y algo que se parezca a un sistema previsional y tantas otras cosas más.
En ese momento, los argentinos serán extremadamente afortunados si se las arreglan para volver al país que tenían a fines de la década del 90.
Como con la ex Unión Soviética o la Cuba actual, cuando se conozcan las verdaderas estadísticas, mucha gente se desayunará de golpe con que ni en el mejor momento las cosas estaban tan bien como les querían hacer creer y que la realidad actual del país es mucho peor de lo que se imaginaban.
La tarea va a ser formidable, hay quienes creen que será irrealizable. Pero lo interesante sería no olvidarse de cuales fueron las políticas que los metieron en semejante brete.
Otro proceso doloroso más para los argentinos, y ya vamos...
ReplyDeleteEsta vez me temo que es mucho peor. El experimento duhaldista – kirchnerista ha dejado a millones de argentinos convencidos de que ese es el camino.
ReplyDeleteyo pienso que los margenes de maniobra se han achicado muchisimo. de todas maneras, Argentina siempre sorprende
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