Dec 8, 2008
Frescuras de aquellas
Esta mañana durante el desayuno, hablando del frasquete, La Opinadorita me preguntaba cuál fue el momento de mi vida en el que tuve más frío.
Me acordé de un viaje en colectivo a Leandro Alem, Misiones, un invierno a mediados de los Gloriosos 80. En la terminal de Santiago del Estero (la original, no la joya arquitectónica de Zamora) tomé un colectivo que venía de Mendoza e iba a Posadas. Ahí tenía que tomar otro bondi hasta Leandro Alem.
Estamos hablando de la maravillosa Argentina alfonsinista, antes de la desregulación neoliberal del transporte automotor y de los peajes salvajes, con ómnibus de larga distancia que se caían a pedazos, dos frecuencias por semana y rutas con más cráteres que las de Kosovo después de la intervención progresista de Clinton.
Apenas subí me llamó la atención ver que todos los pasajeros seguían con las camperas, gorros y guantes puestos e iban arropados con frazadas y todo lo que tenían a mano. A esa edad no le di demasiada bola y seguí con mi campera de jean con corderito sobre una remera manga corta. Muy de cuerpito gentil, como dice mi madre.
A los pocos minutos de salir de la terminal me enteré de que no funcionaba la calefacción. Lo primero que pensé fue "y yo sin mañanita". La temperatura del colectivo debe haber sido uno o dos grados más que la del exterior (y en ese entonces no había global calenting que saque las papas del fuego). Creo que lo único que me salvó de morir congelado fue el carácter indestructible que otorga la adolescencia. Me despertaba cada una o dos horas por el frío y me daba golpes en los brazos para desentumecerlos.
Eso sí, nos chorreaba Dignidad.
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En circunstancias no del todo diferentes pasé yo el peor frío de mi vida: en un colestivo argento.
ReplyDeleteMuy cerca de ello, cuando estuve en NY City sin la ropa adecuada en enero del 2003.
Me imagino a Ramiro en bermudas y remera.
ReplyDeleteJa! Ese era yo... con la camiseta del Bati
ReplyDeletela primera noche del viaje de estudios a bariloche.
ReplyDeletecaminando para visitar al tío de un amigo.
más abrigado que la m...
sin embargo parecía que se me cristalizaban las orejas.
dijeron que hizo -24º, pero no creo que haya sido tanto.
acampando en plena selva valdivia (a unos Km de Puerto Blest) Nos agarro la lluvia, no pudimos hacer fuego y cancelamos la subida a los condores... volvimos marcha atras cruzando la selva... y aunque era enero, todavia me castañetean los dientes 13 años más tarde!!! A la vuelta en el ferry íbamos del mismo color azul que las frazaditas que unas almas caritativas atinaron a tirarnos encima...
ReplyDeleteDe lo mas frio que pasé en mi vida... una noche que salí a pasear por Washington D.C., un gélido noviembre. Me dijeron que iba a estar fresco... y me fuí de camisa gruesa de manga larga y un pullovercito.
ReplyDeleteSe me durmieron la nariz, las orejas y en general todos los apéndices del cuerpo.
Encima todo cerraba temprano y no había un @&#% lugar para tomarse un café.
Vos lo que pasa es que les tenés bronca a los sindicatos, estás contra los trabajadores y la solidaridad.
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