Debo haber tenido unos 10 años. Mi papá charlaba de política con un señor mayor, muy flaco, sentado en una silla de esterilla pintada de blanco en la puerta del hotel de una gente amiga en Las Termas de Río Hondo.
Nos había invitado a cenar. Ya nos habíamos despedido y dábamos vueltas esperando que mi viejo terminara de hablar para irnos a casa.
En un momento dado, mi padre nos llama para presentarnos:
Hijo, te presento al Doctor Illia, ex presidente de la nación.
Le digo “mucho gusto, mi nombre es Luis” y le doy la mano. Y me contesta “¿cómo le va, correligionario Luis?”.
te lavaste la mano?
ReplyDeleteCorreligionario? ... Nooooooooooooooooooooooo!
ReplyDeleteLástima que hizo una confiscación bancaria, volvió atrás los contratos del petróleo.
No hace falta ser K o peronista para destruir todo.
Ah, pero era "honesto", como siguen diciendo tantos radicales.
ReplyDeleteDe todos modos, la noticia en el diario me hizo acordar de la anécdota.