En 1984. Winston Smith decía sobre Oceanía “If there is hope, it lies in the proles”.
Yo digo sobre la Argentina actual “si hay una salida, pasa por las clases dirigentes”.
Si nos quedamos esperando un cambio de mentalidad de abajo hacia arriba y un sistema político – electoral que lo haga posible, nos agarra la carroza.
La única posibilidad de salida del círculo vicioso que yo veo pasa indefectiblemente por el mismo proceso que ya vivieron países como España, Irlanda, Chile y que muy incipientemente parecen estar recorriendo Colombia y Perú.
El logro de consensos básicos que logren establecer un piso mínimo de racionalidad sobre el que se mueva el sistema político y económico, de tal manera que el resultado de las elecciones sea irrelevante para todos los fines prácticos.
Eso fue Menem y así salió.
ReplyDeleteLa diferencia es que la Argentina es un país mucho más democrático que Chile, Colombia y Perú. Ahí los dirigentes deciden mucho más que acá.
ReplyDeleteLa Argentina es un país mucho más clientelista que democrático.
ReplyDeleteBlogo, ahi hay una paradoja, yo creo que en un pais donde una clase dirigente tiene mucha fuerza, o es menos democrático (es parecido, no?), si la clase dirigente tiene la fuerza y la etica para guiar al pais hacia una mayor democracia haciendose cargo del control del proceso, podes llegar a mejores fines que un pais donde hay mucha libertad sin dirección, No se si es cierto, es una filosofada. Chile es bastante más así que la argentina.
ReplyDeletePerdón, ¿ustedes honestamente consideran que Argentina es un país más democrático que Chile?
ReplyDeleteTal vez desde un punto de vista roussoniano.
Sí, en Argentina la gente vota mucho más de lo que creemos por ideas. El problema es que esas ideas son un desastre. Nacionalismo, modelo productivo, centralismo, surrealismo y autoritarismo.
ReplyDeleteEl peronismo es el especialista en representar esas ideas.
Me parece que el pueblo chileno apoya más líneas generales y le da más "libertad" a los dirigentes.
Max, no es una paradoja. La democracia no es la panacea, pese a lo que dijo Alfonsín.
ReplyDeleteSobre esto me gusta citar a Franklin:
"Sólo un pueblo virtuoso es capaz de vivir en libertad. A medida que las naciones se hacen corruptas y viciosas, aumenta su necesidad de amos."
Blogo, 100% de acuerdo.
ReplyDeleteMuy interesante. Siguiendo esta línea argumental, el sistema político argentino no sufre un problema de falta de representatividad sino de exceso de representatividad. Los políticos y los partidos políticos argentinos serían demasiado fieles a las ideas y deseos de sus representados.
ReplyDeletePor lo tanto, toda propuesta de cambiar el sistema electoral o reforma de la estructura interna de los partidos resulta totalmente irrelevante y hasta contraproducente.
¿Es así?
Con relación a la representatividad, así como a su ausencia se la califica como un problema («problema de falta de representatividad») porque no habría una democracia plena, interpreto que no habría un extremo opuesto con connotaciones igualmente negativas («problema de exceso de representatividad»). Interpreto que hay más o menos representatividad: en un extremo ausencia total de representatividad y en el otro representatividad plena. Interpreto que las connotaciones negativas que se le adjudican a un exceso de representatividad en realidad provienen de una ausencia de república: cuando las mayorías someten a las minorías, cuando no se respetan los derechos individuales porque esa es la voluntad de la mayoría.
ReplyDeleteEl peronismo encarna la idea de una democracia sin república. Si algunas instituciones republicanas han sobrevivido, languideciendo, ha sido por alguna oposición (tibia) a la fuerza arrolladora del peronismo.
A fines del siglo XIX y principios del XX, los conservadores encarnaban más o menos los valores republicanos, y los radicales encarnaban más o menos los valores democráticos. Luego la república cayó en el olvido y hoy se desconoce qué función cumple el legislativo y que este en un sistema presidencialista es independiente del ejecutivo.
No creo que «toda propuesta de cambiar el sistema electoral o reforma de la estructura interna de los partidos resulta totalmente irrelevante y hasta contraproducente». Que los partidos de la oposición llamen a elecciones internas y abiertas entiendo que no resultaría totalmente irrelevante. Que se les dé un espacio a las minorías no me parece contraproducente.
Oscar, Comparto. Yo no creo que una reforma política – electoral represente una solución mágica para todos los problemas argentinos, pero seguramente sería un avance. Pero aún con la mejor reforma posible quedaría el muy serio problema del populismo clientelista, que no es otra cosa que un bastardeo de la democracia.
ReplyDeleteMientras no se avance en ese sentido, me temo que pierde sentido todo lo demás.
En este blog se citó una nota de Alberto Benegas Lynch (h) que decía: «Mucho más peligroso de los emperadores de la antigüedad son los gobernantes modernos porque cometen sus fechorías con el aval de los votos. Cicerón ya advirtió claramente que “El imperio de la multitud no es menos tiránica que la de un hombre solo, y esa tiranía es tanto más cruel cuanto que no hay monstruo más terrible que esa fiera que toma la forma y nombre del pueblo”» (http://articulos-interesantes.blogspot.com/2008/12/elige-tu-propio-tirano.html).
ReplyDeleteEl imperio de la multitud (la falta de república) se sostiene con el populismo clientelista. Me parece que «todo lo demás» puede adquirir sentido en la medida que de algún modo ponga límites a la vocación hegemónica del peronismo. Del populismo clientelista no solo participa la multitud, también participan algunos que se hacen llamar empresarios en connivencia con el «movimiento obrero organizado». Por eso es común escuchar que a este país solo lo puede gobernar el peronismo. Blogo citaba a Franklin: «Sólo un pueblo virtuoso es capaz de vivir en libertad». Es común escuchar que esto no cambiará, y ya que no cambiará es preferible participar del populismo clientelista: lo que no tomás lo tomará otro en tu lugar. Sine Metu comentaba otro post: «No existen ciudadanos en Argentina en cantidad suficiente para generar una masa crítica que sostenga la república» (http://articulos-interesantes.blogspot.com/2009/01/sistema-electoral.html?showComment=1231959480000#c7939050819215131435). El problema del clientelismo populista es muy serio porque dados los intereses de los que participan cuesta imaginarse cómo se puede desbaratar.
El punto es cómo se llega desde el populismo clientelista a una república liberal.
ReplyDeleteLa reforma política quitaría algunas barreras. La Argentina necesita desesperadamente federalismo y descentralización.
El problema de las circunscripciones uninominales o binominales es que los representantes de esos pueblos se convertirían en mini-senadores, votándole las leyes al ejecutivo federal a cambio de plata o privilegios.
Sería mejor porque tendrían que explicarles a sus representados qué hicieron con esa plata, algo que no ocurre con la lista sábana, pero sería sólo un paso.
Acá las provincias (y los municipios) tienen que RECAUDAR la mayor parte de los impuestos y coparticipar al gobierno federal. Esa es la papa y está a millones de años luz porque no les conviene a los poderosos (para utilizar la terminología del enemigo) ni a los vagos, chatos e ignorantes.
Y Luis, sí, hay exceso de representatividad.
ReplyDeleteSe supone que los representantes tienen que ser mejores que los representados, eso es una república, no iguales o peores.
La gente no vota estadistas sino iguales, resentidos como Kristina a quien recuerdo hace unos meses despreciar expresamente a los estadistas.