Jan 5, 2009

Los Reyes Magos

(Hablando del tema, esto lo escribí cuando estaba en 7mo grado)

Los Reyes Magos

Navidad, Año Nuevo y Reyes. Tres festejos tradicionales de la fe cristiana. En donde se come y se bebe con toda la familia en las también tradicionales cenas de festejo, por lo menos en estas latitudes.

Todos reunidos en un marco de amor, hermandad y paz; se olvidan las ofensas y rencores para estrechar en un cordial abrazo a nuestro peor enemigo, que esa noche se convierte en uno más de la familia.

Todo es algarabía, se tiran cohetes, se brinda. El año nuevo es esperado con nuevas ilusiones, nuevas esperanzas y sueños, al igual que el siempre renovado nacimiento de Cristo, todos los 25 de diciembre.

Las comidas y los tradicionales panes dulces, turrones, sidra y demás confites navideños son servidos en la mesa. Se arma el arbolito con cientos de adornos luminosos y se espera ansiosamente el momento de abrir los regalos, que han sido previamente depositados al pie del árbol.

Al dar las doce, todo el mundo se abraza. Hay llantos por los que no están; risas por los que vendrán y besos, muchos besos para recibir al nuevo año unidos y con amor.

Se suspenden guerras, se conmutan penas; estallan los cohetes, se brinda pidiendo por un año mejor, por la paz y el amor. Tal vez en el próximo año las cosas cambien, se terminen las guerras, baje la inflación, aumenten los sueldos...Y el tradicional deseo: que el próximo año nuevo nos encuentre sanos y salvos a todos los que estamos aquí festejando.

Pero de estas tres fiestas la más esperada por los chicos es, sin duda, la de los Reyes Magos. Si no lo son, por lo menos sí lo eran para Juan y Carlitos López.

Cada año, cada noche previa al paso de los tres Reyes Magos era una noche de preparativos finales; preparativos que se habían venido gestando de por lo menos una semana atrás. Primero elegir los regalos y comentarlos con papá y mamá. Luego redactar la carta, que comenzaba con el consabido "Queridos Reyes Magos..." en donde, en una forma lo menos descarada posible, se enumeraba lo que se quería que se les regale ese año.

"...Me gustaría que me trajeran una bicicleta, pero no por mi sino pensando en mis amigos, a los que voy a dejar dar una vuelta a cada uno".

Y por último acostarse a dormir con la gran ilusión y la expectativa de qué iban a encontrar a la mañana siguiente: "Espero que esté la bicicleta sino no les dejo mas pasto para los camellos". Todos los años tomaban la precaución de dejarles platos de agua y alimentos para los dromedarios o camellos, no había diferencia.

Sí la había: "Los camellos tienen dos jorobas, los dromedarios, una."

Luego, a soñar con Gaspar, Melchor y Baltasar, los tres magos de Oriente. Llegarán con bolsas llenas de regalos para todos los niños buenos del mundo.

Originalmente, le llevaron al niño Dios oro, incienso y mirra. Ahora son bicicletas para Juan y trencitos para Carlitos.

Carlos López, el padre de los chicos, observaba, admirado por tanta credulidad de los niños, la tarea de redactar las cartas. De tanto en tanto corregía algún error.

Tuvo que sacar un crédito por la bicicleta; por el tren no hubo problema. Era algo que estaba cambiando, para mejor.

"Queridos Reyes Magos, me gustaría que me regalaran una bicicleta, aunque sea una mini, para mi, y un trencito para Carlitos. Lo vio en una juguetería, no era muy caro..."

A la mañana siguiente se tendría que levantar temprano a colocar la bicicleta, que estaba guardada en la piecita del fondo, donde dormía el perro, y el trencito, que estaba en el placard, en su dormitorio. Para que a la mañana siguiente, cuando se despertaran, los encontraran y la ilusión no se termine. Por supuesto, lo tendría que hacer en silencio, no vaya a ser que se den cuenta.

Entró por la puerta que da al patio y que había sido dejada abierta por los chicos para que entraran los tres Reyes Magos. Tuvo que esquivar los platitos con agua y comida para los camellos o dromedarios, a quién le importaba. Dejó los regalos con sumo cuidado de no hacer ruido. Luego regresó a su dormitorio y se metió a su cama a dormir.

¡Realmente cuánta inocencia había en sus hijos; quien no sabe que los Reyes Magos no son otros que los padres de uno!

Tal vez, si el señor López se hubiera demorado un poco más y hubiera estado despierto en ese momento y hubiera mirado hacia el patio, habría recibido una sorpresa. ¿Quienes eran, sino los tres Reyes Magos, aquéllos que se iban alejando por el patio cargados con bolsas de regalos y montados en respectivos camellos?

¿O eran dromedarios?

5 comments:

  1. muy bueno! este fin de semana comi en casa de una amiga mejicano-española y habia comprado "rosca de reyes" con forma de turbante, joyas de frutas abrillantadas y niñitos jesuses de plástico adentro escondidos... Casi me habia olvidado de los Reyes viviendo acá en USA... los yankees casi no saben quienes son...

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  2. Qué rico, Dolores. Acá, en la tradición más francesa y católica, algo conocen.

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  3. Yo era mucho más cínico en 7mo grado, tengo que buscar algunas cosas que escribí.

    Tendrían que haberme matado entonces.

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