El Opinador Compulsivo

No falla nunca. El conflicto de Medio Oriente tiene la capacidad de sacar lo peor de mucha gente.

El episodio anterior fue durante la guerra en el Líbano. De golpe, personajes que se anotaban para el Guiness del liberalismo, saltaron con aquello de que Israel “es distinto”. Los más mesurados te explicaban eruditamente que el estado judío no tenía derecho a existir y que los problemas de la región fueron causados por su mera existencia. La solución pasaba inexorablemente por la desaparición física de Israel. Pero, ojo, aclaraban que sus críticas no eran antijudías sino antisionistas.

Con el pasar de los días, y a medida que recrudecía el conflicto, iban abandonando toda pretensión de racionalidad y objetividad. Los judíos (no los israelitas), decían, eran unos miserables fascistas, los nazis de la región, asesinos que mataban a mujeres y niños árabes indefensos por deporte y gratificación moral. Muchos de ellos ni siquiera se daban cuenta de que habían caído en el reciclado de cuestiones que se utilizaron toda la vida para atacar a los judíos.

Ahora, con el conflicto en Gaza, vuelve a pasar exactamente lo mismo. Los judíos y todos los que apoyan el derecho de Israel a existir y a defenderse son nazis.

Te explican que lo de ellos es sensibilidad ante la muerte de niños inocentes. Porque las únicas víctimas inocentes son las muertes de niños no judíos en cualquier conflicto en el que esté involucrado Israel.

El sacrosanto principio libertario de que la única guerra justificable es la defensiva tampoco aplica a Israel. Porque la reacción de Israel es "desproporcionada". Para justificarse, deberían morir varios miles más de ciudadanos israelíes.

De locos.