Jan 10, 2009
Ruthless
Una luna llena blanca y cruel brilla sobre Buenos Aires. Ni un vapor, ni una nube, por dias, semanas, meses. De día sombras duras y un sol que marca la piel. De noche fresco sin ilusiones. Creo que nunca vi un verano tan seco acá. Parece más Madrid. Ninguna de esas nubes rechonchas que eran lo normal. Hace cinco años que el tiempo cambió y la cosa está firme. En el interior todo es marron y tierra que vuela, todo es yesca que se quema a la primera chispa, donde queda algo que se pueda quemar. Agua para el pasto ya es un recuerdo, agua para que los animales tomen está pasando a serlo. Está muy feo. Ver morir las cosas es desagradable. Los turistas, encantados, no hay transpiración que empaste, todo se seca en segundos, pero da miedo. Todo el país está igual. Esta no es política, la Parca a veces pasa y no hay nada que hacerle.
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que don!!! transformar la antesala del infierno en poesia....
ReplyDeleteNo se si es poesía Dolores, tengo amigos que ven caballos flacos caminar en un polvaderal en provincia de buenos aires, pensando como mierda les pueden acercar un trago de agua. Muchos campos ganaderos ya hace rato que movieron lo que tienen hacia donde puedan bombear de abajo o tomar de algun rio, y la cosa es como inexorable, se acaba.
ReplyDeleteNo estamos en el primer mundo, donde una vaca vale miles de dolares, no se les puede llevar agua en camiones o hacer obras hidraulicas, si la cosa sigue así es sentarse a verlas morir nomás.
Adhiero al comentario de Dolores.
ReplyDeleteY comparto la angustia de lo que transmite Max.
Lo que más bronca me da es ver que muchos argentinos vivieron todos estos años pensando que las vacas gordas duraban para siempre.
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