Parece que la billetera de Néstor está flaca, y los abonados del GBA ya no le creen:
'...los jefes municipales empiezan a desconfiar de las promesas. Uno de ellos, de la tercera sección electoral, comenta: "Llamamos a Obras Públicas todos los días por los 50 millones de pesos que nos iban a tocar y que nunca llegan. Nos dicen que entre mayo y julio van a cumplir con todo. Ojalá, porque ya anunciamos los trabajos cinco veces". El mismo argumento esgrime un intendente del interior de la provincia: "Nos aseguran 300 millones de pesos de los 1000 que hay para nuestra sección. Pero 300 millones es lo que nos deben de obras anteriores".
Todas las anécdotas conducen a la misma sospecha: ¿y si la plata no está? Desde que su esposa ganó las elecciones, Kirchner aumentó tarifas para bajar subsidios, se desangró en una guerra con el campo por 2000 millones de dólares, convalidó una tasa del 15 por ciento en la colocación de un bono bolivariano, reabrió a los apurones el canje de deuda con la promesa de aportes frescos, incautó los ahorros jubilatorios, dispuso un blanqueo y una moratoria, y encargó la recaudación de impuestos a uno de sus talibanes. Es decir: tuvo el comportamiento de un hombre al que no le alcanzan los recursos.
Este año, cuando la recesión recorre el planeta, el Gobierno debe afrontar vencimientos por 16.000 millones de dólares. Las provincias no colaboran: algunas se preparan para defaultear la deuda contraída con el Tesoro durante el rescate de las cuasi monedas. Sin un acuerdo con el Fondo, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se muestran más mezquinos para renegociar sus acreencias.'
Que depresión. Encima el odio entre argentinos. Al menos el que siento yo. Se rifaron mis aportes jubilatorios para nada, para tres minutos más de fuegos artificiales y el resto de mis conciudadanos solo miro al cielo y se rió estupidamente. Me cago en este país.
ReplyDeleteDespues cuando la masa es culeada desvergonzadamente por las autoridades que ella misma eligió uno tiene que sentirse mal?
El tristemente célebre populismo sin caja. ¿Hace falta aclarar cómo termina?
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