Feb 7, 2009

Personalmente me queda la impresión de que el argento promedio, ni siquiera los más informados, tiene la menor idea de lo que le va a costar a Argentina volver a ser un país medianamente normal después del incendio neopopulista de Duhalde - Kirchner y compañía.

¿A qué me refiero con volver a ser un país medianamente normal? A que Argentina, en algún momento, alcance el grado de estabilidad política, institucional y económica de alguno de sus vecinos no tan ilustres, como Uruguay o Brasil. De chile prefiero ni hablar porque a esta altura es como pretender comparar el Club Atlético Clodomira con Boca Juniors.

Por ejemplo, ahora que ya no queda capital para seguir comiéndose, me pregunto quién va a poner la plata para volver a tener algún tipo de infraestructura.

Lo más probable es el país continúe eternamente alternando ciclos de vacas flacas y vacas gordas, con vacas gordas cada vez más flacas, según la variación de los precios internacionales de los productos primarios.

Muy triste. Pero, como digo siempre, lo importante es que la gente esté contenta.

7 comments:

  1. Bueno, Chile logró superar la experiencia de Allende y convertirse en lo que es ahora, debería ser posible lo mismo en Argentina. Eso espero.

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  2. Luis, yo tengo otra explicación sobre porqué nos va como nos va: luego de haber leído los libros "El misterio del Capital" y "Rumbo a la libertad" (Álvaro Vargas Llosa), yo creo que el gran problema argentino y latinoamericano reside en lo siguiente: la ley emanada del poder público va a contramano de lo que hace la gente en la vida real y, excepto los casos en donde se violan derechos de terceros, por eso tenemos el fenómeno de la economía informal.

    Tal como lo afirma Álvaro Vargas Llosa en su libro "Rumbo a la libertad": "(...) Se trata de algo simple: aprender cómo se conduce la gente y, excepto en aquellos casos en que existe una conducta criminal, cerciorarse de que ninguna ley o norma contradiga lo que las personas hacen en la vida real, a fin de santificar los usos, costumbres y opciones de los ciudadanos comunes (...) (Capítulo 10)". También afirma que "(...)La derogación de miles de leyes y normas, así como la transformación de la naturaleza misma del derecho, disminuirá lo que los economistas llaman los “costos de transacción” y ofrecerá una seguridad sin precedentes para los latinoamericanos (...)." (Capítulo 10).

    Andrés

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  3. Andrés, ¿qué quiere el argentino de a pie? ¿Vivir en un país que se parezca a Chile o en una copia de la Venezuela de Chávez? ¿Los argentinos prefieren la libertad, responsabilidad individual y la economía de mercado o se inclinan más por el colectivismo, el dirigismo y una económica planificada?

    Cada vez que tienen oportunidad de hacerlo, reafirman el socialismo nacionalista.

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  4. Luis, te voy a ser sincero: lo que planteás es de difícil respuesta. Para mí, lo que quiere el argentino de a pie, podría en un principio ser algo así como "no sé lo que quiero, pero lo quiero ya".

    Andrés

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  5. Andrés, no hace falta complicarla tanto, los argentinos creen en la magia.

    Como la magia no existe, todo siempre sale mal y por eso es un país de resentidos.

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  6. Vamos a ver, estimados. ¿De qué argento promedio hablamos?
    Del que vive en los ¿cordones del Gran Buenos Aires?
    ¿Del que vive en el Interior en las grandes ciudades? ¿Del que vive en el Interior, pero en pueblos? ¿La clase media de Capital y algunos municipios del norte? ¿La clase que todavía se da el lujo de cambiar autos, tener casas en el exterior, viajar, etc?
    ¿El que es arreado como ganado para las manifestaciones de la progresía argenta?
    Cada uno de ellos tienen diferentes necesidades y expectativas.
    El país se hunde sin remedio y como el Titanic, las balsas no son suficientes para todos.
    Lamentablemente, son aquellos quienes votaron a este gobierno los que más van a sufrir y destaco el "más" porque todos estamos en el horno.

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  7. Pablo, todos, desde el villero hasta el de Recoleta, creen que el gobierno tiene que sostener a la industria nacional que sería sino destruída y el país supuestamente se convertiría en una "estancia". Y a ninguno le preocupa el déficit fiscal, mientras no suban las tarifas, todo bien.

    Eso justifica devaluaciones, confiscaciones, pesificaciones, etc.

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