Una sociedad que desincentiva la generación de riqueza se condena automáticamente a la pobreza.
No hay vuelta que darle.
Muy en línea con lo que vengo comentando por acá desde hace años. Ayer fuimos a buscar los papeles de la contadora que está preparando la declaración de impuestos para este año.
Nota al margen: los honorarios que cobran los contadores para preparar las declaraciones son deducibles de impuestos, no me caliento más.
Esta señora nos comentaba que el mejor rendimiento entre ingresos y tasa de imposición en Québec surge de mantenerse en alrededor de 36 mil dólares anuales. Si pasas a la categoría siguiente, aunque sea por un dólar, te matan. Básicamente trabajas para el estado.
Como las personas actúan racionalmente según los incentivos, nadie puede sorprenderse de que el ingreso promedio y el porcentaje de graduados universitarios de la provincia estén entre los más bajos de América del Norte.
Si la sociedad no tiene clases, entonces el estado tiene que inventarlas.
ReplyDelete