Adivinen quién escribió estas frases tan políticamente incorrectas, en el año 2004. Contengan la impaciencia, y si no saben-no contestan, busquen al final del post:
"…A pesar de la mejora de la situación durante el último año, el producto bruto interno argentino está aún por debajo del de 1996, y aun si repitiese su excelente perfomance del año anterior sólo a fin de 2004 alcanzaría los niveles de 1997 y necesitaría otro año más para superar los de 1998. Todo ello, en el mejor de los escenarios posibles y midiendo todo en pesos argentinos, es decir olvidando que, debido a la devaluación el valor de la producción total argentina se ha reducido a menos de la mitad de su magnitud en términos internacionales, lo que implica numerosos problemas futuros en términos no sólo de pago de la deuda sino de importación de tecnologías, patentes y know-how, factores decisivos para el desarrollo económico del país".
"…Según datos de la CTA…fuente escasamente neoliberal…entre diciembre de 2001 y diciembre de 2003 el promedio de los salarios ha descendido 17,6% en pesos (es decir, alrededor del 70% en dólares), en tanto que los ingresos de los empleados en negro han caído el 28,7% (es decir alrededor del 75% en dólares) ¿Los otrora siempre invocados índices sociales básicos? La pobreza afecta hoy al 47,8% de la población y la indigencia al 20,5%, valores que son casi exactamente los alcanzados en la hiperinflación de los '80. He aquí los resultados de la política económica impulsado por el radicalismo y el peronismo populistas en 1988 y 2002 en nombre de la defensa de la producción nacional y del bienestar popular…".
"….Es este mismo apego al pensamiento mágico el que hoy lleva a proclamar el 8,7% de crecimiento alcanzado en 2003 por la economía argentina como el "fin del neoliberalismo" y "la demostración evidente del renovado poder del estado nacional", cuando las bases sobre las que está asentado son la caída abismal del PBI (10,9% en pesos en 2002) y el correspondiente efecto rebote…"
"Tampoco está de más mencionar que un crecimiento anual superior al 8% distinguió a los cuatro primeros años de la ahora masivamente odiada convertibilidad[1], circunstancia que sus críticos solían aprovechar para recordar la importancia de los mismos índices sociales que hoy procuran olvidar, acaso debido a que todos los índices sociales son hoy, a pesar de la recuperación, peores que en el peor momento del menemismo y sólo similares a la otra gran epopeya de la economía populista: la inflación provocada por el gobierno de Raúl Alfonsín".
"Dado que la mejora de la macroeconomía argentina en los '90 ha sido concluyente, los críticos de la década neoliberal-menemista[2]se han concentrado en sostener que los avances en términos de variables macroeconómicas no han influido (ni influyen) verdaderamente en las condiciones de vida de los sectores más desprotegidos…basta comparar las curvas "macroeconómicas" y "social" por excelencia (las del PBI y per capita; y las de habitantes por debajo de la línea de pobreza y de indigencia) durante los '90 para descartar esas manipulaciones".
"….La disminución de la pobreza durante los '90 que casi todos los índices, nacionales e internacionales expresan, sonará paradójica a la mayoría de los lectores…Sin embargo, los datos parecen ser serios y concluyentes".
"...Otra de las objeciones insistentes acerca de la década del 90 ha sido la acusación de "desindustrialización". Ahora bien, no resulta para nada descontada la solidez de esta crítica en tiempos en que la mayor parte de las economías avanzadas se está desindustrializando sin que ello afecte necesariamente los niveles de vida de sus poblaciones. Lo que en cambio parece cierto es que la crítica no se ajusta a la realidad. En efecto, el volumen físico de la producción industrial argentina creció rápida y sostenidamente durante todo el menemismo (con excepción de 1995, año del efecto Tequila), con picos de +10,1% en el 91, +13,4% en el 92 y +9,3% en el 97. Asimismo, el salario por obrero no sólo no disminuyó sino que aumentó enormemente en los inicios de la convertibilidad (+149% en 1991, +30,1% en 1992, +12,2% en 1993 y +6,2% en 1994, para después descender leve y continuadamente hasta 2000 y desbarrancarse en el 2002 del "retorno del trabajo nacional" de Duhalde y Remes Lenicov…."
"Pero no son sólo las cifras del INDEC las que reafirman una perspectiva sobre los '90 que difiere grandemente de la sostenida por la "izquierda" nacionalista argentina. Basta citar los datos de la más insospechable de las agencias de la ONU, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), usualmente desdeñada en el ambiente de la realpolitik como una "cueva de ex comunistas" fuertemente críticos del Consenso de Washington y entre cuyas convicciones no se encuentra, seguramente, el neoliberalismo. Y bien, el Índice de Desarrollo de Humano (IDH) del PNUD, en el que se expresan tres datos acerca de longevidad, nivel educacional y nivel de vida de la totalidad de la población, creció sólo 10 puntos entre 1980 y 1990 (0,797 a 0,807) y 42 puntos (de 0,807 y 0,849) entre 1990 y 2000 no parece un resultado tan malo para una "década perdida".
"...Contrariamente a lo sostenido por el sentido común hoy reinante y en perfecto acuerdo con los índices graficados en la página 174, a los excelentes resultados en términos de aumento del PBI logrados en los '90 y la cancelación de la inflación ha correspondido una mejora generalizada de las condiciones de vida de la mayoría de la población. Según el PNUD, en la "década perdida" para la Argentina, no sólo el PBI per cápita en dólares se triplicó (de 4.295 dólares en 1990 a 12.377 en 2000) sino que la esperanza de vida subió de 71,0 años a 73,4; el grado de alfabetización de adultos de 95,3 a 96,8; la población con acceso a asistencia sanitaria adecuada, de 72% a 85%; la mortalidad infantil bajó de 35 muertes a 18 (por 1.000 nacidos vivos) y la tasa de mortalidad materna, de 140 a 41 muertes (por 100.000 nacidos vivos)…Los teléfonos pasaron de 93 a 213 (cada 1.000 habitantes), a lo que debe sumarse la incorporación de 163 celulares cada 1.000 habitantes; la exportación de productos manufacturados pasó del 29% al 32% del total exportado y la de productos de alta tecnología de menos del 1% al 9% del total".
"Si bien la mejora de algunos de estos índices puede atribuirse a la evolución global, fuertemente influenciada por la revolución tecnológica y de las comunicaciones, también es cierto que el desempeño general de la Argentina de los '90 superó la media mundial, hecho bien reflejado por el ascenso del país en las estadísticas generales del Índice de Desarrollo Humano" desde el 46° al 34° lugar"
[1] La serie completa es, según el INDEC, +10,50% en 1991, +10,30% EN 1992, +6,30% en 1993 y +5,84% en 1994 (nota del autor).
[2] Lo de "neoliberal" corre por cuenta del autor. Fue siemplemente más racional que la locura actual.
FERNANDO IGLESIAS, ¿Qué significa hoy ser de izquierda? Reflexiones sobre la democracia en los tiempos de la globalización, Editorial Sudamericana, 2004, págs. 166 y ss..
[1] La serie completa es, según el INDEC, +10,50% en 1991, +10,30% EN 1992, +6,30% en 1993 y +5,84% en 1994 (nota del autor).
[2] Lo de "neoliberal" corre por cuenta del autor. Fue siemplemente más racional que la locura actual.
FERNANDO IGLESIAS, ¿Qué significa hoy ser de izquierda? Reflexiones sobre la democracia en los tiempos de la globalización, Editorial Sudamericana, 2004, págs. 166 y ss..
Autor insospechado de "menemista" o "neoliberal". Su libro es más bien "progre", pero quien lo lea, verá que más allá de las muchas disidencias que se pueden tener con él, no es estúpido.
julio, tus posts son demasiado detallados y largos, nos quedamos todos dormidos
ReplyDeleteJulio, tus posts son excelentes. Gracias.
ReplyDeleteAnonimo, por que no te vas a la concha de tu hermana?
ReplyDeleteContinúa dormido, anónimo. Nadie se dará cuenta
ReplyDeleteyo me pregunto sinceramente si alguien se tomo el trabajo de leer linea por linea lo que dice este hombre. ni que fuera un premio nobel, por Dios. creo que es mejor ir al punto, saber sintetizar, obviar lo poco importante, y asi quizas hasta te de para tener tu propio blog.
ReplyDeleteNo hay nada mas patetico que quien lee lo que no le gusta, no te parece anonimo?
ReplyDeleteEstá bien, anónimo. Ya que pareces haber despertado, espero tu sintética opinión no sobre mí ni mi estilo, sino sobre el contenido del post. Y si no, go sleep and sweet dreams.
ReplyDeleteJulio, bárbaro el post, como decís Iglesias está lejos de ser un estúpido, hay una sola cosa que me hace dudar sobre su inteligencia: es seguidor de la Gorda Carrió.
ReplyDeleteesto no es un consultorio psiquiatrico, anonimo. buscate una novia.
ReplyDeletePero Julio, ¡cómo dices esas cosas! ¿Algo bueno de los 90? Jamás.
ReplyDeleteEn el mejor de los casos, el credo popular en el país es que todos los gobiernos argentinos fueron iguales de nefastos y todo lo que se hizo en materia política y económica igual de malo.
Muy grave porque no permite distinguir lo que funciona mejor de lo que directamente no funciona.
Así es, Luis, y así nos va. Que USA se prepare para un lavado de cerebros ideológico similar.
ReplyDeleteGracias por los comentarios, Mariano, Cogito Argentum, Miguel y Luis (por orden de aparición).
ReplyDeleteSaludos