Insisto, los patriotas de la UIA te lo dicen bien clarito, derecho viejo, sin pelos en la lengua y sin falsos pudores. Joven argentino, si no te das por enterado es porque no quieres.
La única manera en que puede sobrevivir la “industria” argentina tal como existe en la Argentina kirchnerista es asegurándoles indefinidamente mercados cautivos, insumos subsidiados y salarios miserables en dólares.
Pero, eso sí, los Peugeot 504 los seguirán armando en el país.
Que asco.
ReplyDeleteYa se sacaron la careta los de la Unión de Inútiles Argentinos.
ReplyDeleteLa hipocresía de estos tipos no tiene límites. Piden que se cierren las importaciones brasileñas pero cuando Brasil hace lo mismo con los productos argentinos, hacen un escándalo.
ReplyDeleteLos tipos están absolutamente cebados, ya ni se preocupan en disimular.
ReplyDeleteUna sociedad que está corrupta en todos los niveles, la nuestra. Penoso.
ReplyDeleteLa gente quiere esto, no quiere cambios, no quiere riesgos, quiere seguir trabajando para las industrias automotriz, textil, para Techint y otras (y para el estado), las que todos sabemos que no sobrevivirían como existen frente a la competencia.
ReplyDeleteLa gente cree que nadie conseguiría trabajo si esas industrias desaparecieran, que el país se convertiría en una "estancia" administrada por los "terratenientes" del campo y que el resto seríamos peones hambreados.
Una idea indestructible desde hace 60 años, la del modelo de la Cepal, que garantiza la decadencia.
Hasta cierto punto, tienen hoy razón, pues con más de medio siglo de populismo y confiscaciones, sería difícil convencer a los inversores extranjeros (y argentinos) de traer su dinero para arriesgarlo a largo plazo aquí.
Hasta que la mayoría de los argentinos no abjure de las ideas de Prebisch, a olvidarse del progreso.
No hay otra solución que la democracia, pero en la Argentina la democracia da para esto, esta visión que alcanza para que haya más o menos paz y un mínimo progreso que proviene de los desarrollos tecnológicos de otros países.