Apr 30, 2009

100% argento

Nunca me voy a olvidar del enorme entusiasmo de Hugo Moyano ante la devaluación de enero de 2002 que licuó los ingresos de millones de argentinos. Era realmente surrealista escuchar a un sindicalista pasearse por cuanto programa de radio y televisión había defendiendo la destrucción del salario de sus representados.

Y el tipo sigue, prendido de la teta oficial. En realidad le importa tres pepinos el destino de los que supuestamente representa.

Lo que se dice un asco de gente.

1 comment:

  1. «Todos los grupos de poder en Argentina son devalúo-maníacos. No pueden concebir un país sin una devaluación cada tanto. Los industriales nos hacen creer que es el motor de la competitividad y el empleo, cuando no es más que la fuente casi exclusiva de sus ganancias. El gobierno se hace el distraído; manda el mensaje de que es el mercado el que deprecia el peso; sabemos, sin embargo, que la devaluación es evidencia dura de su fracaso fiscal. El gobierno prefiere devaluar en vez de recortar el gasto público, que es el más elevado de la historia, o entrar en default, cuando el riesgo-país ya registra niveles de default y las ventas caen en picada como en un default real. Aunque parezca mentira, la CGT desea la devaluación; odia a la Convertibilidad justamente porque con ella es imposible hacerla sin crear un tremendo desbarajuste. Los "gordos" saben que la devaluación reduce por un tiempo el salario real, pero la desean porque son mejores socios de los capitanes de la industria que de sus propias bases y porque necesitan de la inflación para arrancar aumentos salariales que luzcan como "conquistas sociales". Hasta el campo sueña con la devaluación, si bien sabe que cuando es muy alta tiene que pagar retenciones».

    (Jorge Ávila, http://www.jorgeavilaopina.com/?p=275)

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