Martín Rodríguez Yebra en La Nación de hoy. Yo insisto, esta gente no está acostumbrada a gobernar sin plata. El populismo sin caja es muy complicado:
El infierno de los Kirchner tiene todos esos elementos: fondos limitados, votos en picada, cuerpos legislativos rebeldes... Nada que la Constitución no haya previsto cuando dispuso la renovación parlamentaria en la mitad del mandato presidencial. Pero ¿se resignará el matrimonio presidencial a gobernar bajo esos términos? ¿O más fácil que negociar será alimentar el mito de un "ataque contra la estabilidad democrática", una versión mejorada del "si perdemos, nos vamos" que lanzó el piquetero Emilio Pérsico hace dos meses?
La culpa no es del chancho. Hace un año y medio eran todos kirchneristas.
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