Hablando del “Plan Megatel”. No me acuerdo si ya lo conté por acá.
En la segunda mitad de los Gloriosos 80s, mi tía Paola tenía una gran casa muy linda en pleno centro de la ciudad. Con teléfono, por supuesto. En esa época los únicos que tenían acceso a esos sofisticadísimos dispositivos eran los que los habían conseguido que se los instalen hacía décadas o los que los habían conseguido por transferencia, exactamente como la riqueza, según la progresía vernácula: por herencia o por haber comprado una propiedad con teléfono.
Cuando se casó su hija mayor, decidió vender su casa en el centro y comprar dos más chicas, una para ella y otra para la nueva pareja, en un barrio residencial en las afueras de la ciudad. Por supuesto, ninguna tenía teléfono. Los barrios residenciales más caros de Argentina suelen tener calles de tierra y carecen de cloacas.
Para no quedarse incomunicada, lo primero que hizo fue ir a las oficinas de la CAT a pedir que le trasladen la línea. Le dijeron que no era posible porque en la zona a la que se mudaba directamente no existía tendido telefónico. La única opción que le quedaba era pedir un teléfono nuevo, el equivalente tecnológico de pretender curarse de un tumor en la cabeza yendo a un manosanta, y ponerse en las manos de Dios. De todos modos, llenó los formularios.
Durante los primeros años de los Malditos 90, cuando estábamos mal, un día estaba plantando unas flores en el jardín y escucha que golpean las manos. Se asoma y ve estacionada una de las camionetitas Fiat de Telecom. En el portoncito de la entrada estaba parado un empleado de la compañía con un portapapeles en la mano.
“¿La señora Melba Mondragón de Domínguez?”
“Sí”, le dice mi tía.
“Buen día, señora, somos de Telecom. Venimos a instalarle el teléfono”.
“¿Qué teléfono?” le dice mi tía.
El señor se fija en la lista y le dice “el que pidió en septiembre de 1987”.
Porque, claro, cuando se hicieron cargo de la concesión del sistema telefónico del norte del país, los gerentes de Telecom echaron mano a las últimas técnicas revolucionarias japonesas para mejorar la productividad y el rendimiento comercial de una empresa. Lo primero que hicieron, después de expandir la red, fue agarrar la lista de pedidos pendientes y salieron a instalarlos. Platita en el bolsillo.
Pero, eso sí, durante los 90 te instalaban el teléfono en una semana pero nos habíamos quedado sin Dignidad.
Hasta mis doce años no tuvimos teléfono en nuestro departamento en Núñez sobre Cabildo, nada de zona rural.
ReplyDeleteRecuerdo a mi madre saliendo con mi hermano y yo de recorrida por los 4 o 5 teléfonos publicos que había 4 cuadras a la redonda para hacer los llamados. La mitad de los teléfonos públicos no funcionaban, te comían el cospel o directamente les faltaba el auricular.
Un día vinieron de Entel, se ve que había alguien influyente en el edificio, y nos instalaron teléfono a todos, previo pago e coima, por supuesto.
¡Qué desastre la privatización de Entel! ¿No?
Eso iba a decir. Ustedes hablan de teléfonos públicos porque vivían en BA. En el interior mayoritariamente no encontrabas uno ni de casualidad. Y los que encontrabas estaban untados con mierda y no funcionaban desde las Segundas Invasiones Inglesas.
ReplyDeletePreocuparse por el acceso a una línea de teléfono es típico de ustedes, burgueses oligarcas.
ReplyDeleteSiguiendo con los recuerdos de aquella prospera epoca:
ReplyDeleteUn tio mio compro en el 82 un departamento tres ambientes amplios, dependencias, luminoso, al frente por 28000 dolares en zona de Almagro.
Como era nuevo no tenia telefono.
Los muchachos generosos de un cuadrilla de Entel le pusieron uno por la modica bicoca de 4000 dolares, contado efectivo.
Casi un 15% del valor del departamento.
Empleados dignos para un empresa digna......
Beto, un departamento o una casa con teléfono costaba alrededor de un 20% más. Había empresas que compraban departamentos para quedarse con las líneas de teléfono para su actividad comercial.
ReplyDeleteUna vez recuerdo haber leído un artículo del Cacha en donde cuénta que había edificios que cotizaban alto si llegaban a tener...un teléfono...durante la época de Entel.
ReplyDeleteMás tragicómico fué para mí leer un recorte de diario que el mismo Cacha tenía en donde muestra un acto por la instalación de...una línea de teléfono.
Andrés
Y el versito que Entel se privatizó con una enorme y moderna red telefónica? No era que solo vinieron a operar la red preexistente?
ReplyDeletePero por supuesto.
ReplyDeleteConozco un pajarito que todavía hoy sigue repitiendo lo mismo de Obras Sanitarias.
Hablando de telefonia les recomiendo ESTO
ReplyDeleteYo cuento dos anécdotas mías: La primera. Compramos nuestro primer dpto en la calle Valentín Gómez en Almagro, a pocas cuadras del Abasto en el 82. No tenía te y era casi imposible conseguir uno. Cuando apareció el plan megatel nos anotamos, costaba un dineral, pero se pagaba en un montón de cuotas, creo que 50. Terminamos de pagar y tuvimos que esperar como un año más para finalmente tener la línea. La segunda. Tenía una oficina en Anchorena y M.T. de Alvear. El te se descomponía cada 2 por 3 y quedábamos incomunicados por días. Para solucionarlo hicimos dos cosas: Comprar un Movicom tipo valija que salía un huevo y coimear a un empleado de la oficina de Entel que estaba en Ecuador y Santa Fé.
ReplyDeleteMuy bueno, Vlad, ¿será verdad?
ReplyDeleteMiguel, era de terror. Coimeabas para que te arreglen la línea y lo que hacían era dejar a un vecino sin teléfono para darle tono al que coimeaba.
ReplyDeleteOtra que no me olvido eran los cables que cruzaban el microcentro y la Nueve de Julio, que eran de las oficinas y empresas que tiraban lineas para poder comunicarse entre ellos y la maraña de cables hacian que desde la calle no pudieras ver el cielo.
ReplyDeleteJaja, Melba Mondragon de Dominguez... buenisimo... se acuerdan???
ReplyDeleteY la ultima de Entel en el recuerdo:
ReplyDeletePara los que se preguntan como hubiera sido Internet bajo Entel, eso existio y se llamo ARPAC.
ARPAC era la red de transmision de datos que generalmente usaban las empresas, pero tambien organismos del gobierno y universidades, y que andaba a la supervelocidad de 1200 baudios.
Entel cobraba por cantidad de trafico, y era bastante caro.
Gracias a los empeados de Entel y varios nabos del algunas universidades (estatales por supuesto), se conseguia facilmente lo que serian ahora los user y password por lo que muchos en esa epoca navegaban gratarola por las redes x.25 alrededor del mundo.
Cuando las empresas llamaban para reclamar por las abultadas boletas que le llegaban, los de Entel no se hacian cargo de nada, y si querian cambiar el user y password para que no los jodieran mas, los muchachos tardaban 2 semanas para hacerlo, y a veces ni se calentaban en cambiarlo.
Hasta que llegaron los fatidicos noventa y se acabo el curro nacional y popular.
Massa, los uruguayos eran unos maestros.
ReplyDeleteBeto:
ReplyDeleteHasta que llegaron los fatídicos noventa y se acabó el curro nacional y popular.
Ése es casualmente el motivo de la gran tirria de tanto progre, se acabó el curro nacional y popular. Si fuiste un parásito toda la vida, te resulta una afrenta intolerable que de golpe no te quede otra que producir algo.
Beto, me hiciste brotar un lagrimón nostálgico con el recuerdo de la red ARPAC...
ReplyDeleteMe acuerdo de un nodo en un organismo gubernamental de 4 letras, a través del cual se podía entrar a sitios tales como ftp.funet.fi y "bajarse" archivos por correo (el viejo y querido ftpmail), usando uudecode para los binarios... que lejos quedó todo eso.
Lo de los 1200 baudios, bueno, era la tecnología del momento. Imaginate estar trabajando con enlaces a 50 baudios heredados de los telex... Y de repente te ponían un vínculo 24 veces mas rápido... Si lo hicieras hoy en tu casa, te parecería un sueño.
Hola !! que recuerdos tan gratos, si hasta creo que eramos mas felices isn tanta comunicación. Yo siempre tuve teléfono en mi casa (tengo 45 años) porque mi vieja laburaba en ENTel, y eramos en mi barrio una especie de "millonarios", el aparato estaba todo el día en el zaguán, la puerta "cancel" solo se cerraba a la noche pa dormir, no sea cosa que algún vecino pasado de grapas se equivocara de zaguán, y como en esa época las llamadas locales eran gratis, y las de larga distancia había que pedirlas al "0", los vecinos iban a hablar allí, era el "semipúblico" del barrio, no había otro en 3 cuadras a la redonda. Por supuesto, nunca le cobramos a nadie por una llamada, salvo las de LD que venían detalladas en la boleta, y al precio que decía (tenía descuento por empleada); eso la gente lo retribuía con regalos de toda índole, lechones, tortas, lo que se imaginen, hasta una vecina que viajó a europa y compró un tapado de zorro que no le gustó, se lo regaló a mi vieja; ésa era la verdadera filosofía del eslogan publicitario de aquellos años '70 "ENTel nos une"..... y vaya que nos unía !!!
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