El recientemente fenecido Raúl Alfonsín ha recibido honores semejantes a los de un prócer. La TV ha sido por dos días un permanente desfile de loas al ex-presidente. Sus alguna vez adversarios políticos no se cansan de destacar sus virtudes.
Es hora de hacer un poco de memoria acerca de la presidencia de este falso prohombre.
Alfonsín tomó el estado federal terriblemente ineficiente y corrupto y lo dejó peor. Ni que hablar de las empresas del estado, que se convirtieron en cotos de caza de capitostes radicales mientras la gente esperaba diez años o más para que le instalasen un teléfono.
Alfonsín mantuvo los canales de televisión en manos del estado. Los noticieros eran un vergonzoso campeonato de loas al gobierno y de insultos a sus opositores, el país era una maravilla, no había críticas ni problemas, algo que cambió durante la presidencia de Menem y volvió ahora en la era K. El único que, mal que mal, criticaba al gobierno, era Bernardo Neustadt, e hicieron lo imposible para callarlo.
Quienes hoy critican el estilo agresivo de Néshtor Kirchner (el famoso estilo KK), se olvidan del tono de los discursos de Alfonsín, que descalificaba en forma irrespetuosa y ridícula a quienes se le oponían políticamente, los tildaba de reaccioarios, fascistas, antidemocráticos, representantes de oscuros intereses, oligarcas, insolidarios, etc, etc. Kirchner no es más que un eslabón en la cadena de presidentes autoritarios que definen a los opositores como "representantes del mal".
Alfonsín declaró el estado de sitio sin ninguna razón y encarceló a periodistas y gente que no le había hecho nada a nadie (mucho menos conspirar para derribar al gobierno). Su partido creo un clima de pánico con falsas denuncias de bombas en escuelas para de esa forma tratar de evitar una derrota electoral. Alfonsín también intentó incrementar la cantidad de ministros de la corte suprema para poder nombrar varios.
Quienes se ríen cuando Kirchner habla del "ánimo destituyente" quizás no recuerden que Alfonsín hacía lo mismo, oponerse era ser golpista.
Alfonsín se llenaba la boca hablando de la democracia, como si hubiese sido su inventor o conquistador, pero en la práctica no era diferente de los peronistas. Y bien sabemos que la democracia la conquistaron Margaret Thatcher y los gurkhas que sellaron el destino del patético y criminal Proceso en la "gesta heróica de Malvinas".
La soberbia de Alfonsín y sus esbirros, Moreau, Storani, Jarovslasky, Stubrin, Jesús Rodríguez, etc, era tan desagradable como la que exhiben hoy los kirchneristas.
Recordemos de su gobierno también otras medidas y acontecimientos brillantes como los controles de precios, la veda de carne, los cortes de electricidad en verano y la falta de gas en invierno, entre muchos otros.
Sus posturas políticas de izquierda le permitieron sobrevivir políticamente al desastre que fue su gobierno, el periodismo "progresista" le perdonó todos sus pecados, pasó a ser un gran estadista y un abuelito simpático. Ni siquiera el episodio filmado en el recinto del senado en el que Alfonsín tenía en sus manos un papel con la inscripción "cajonear a X juez" hizo mella en su reputación.
Su actuación pública luego de tener que huir del poder por su desastrosa gestión de la economía alcanzó nuevos pisos (sótanos).
Se opuso férreamente a todas las buenas reformas de Menem, luego armó el esperpento de la "Alianza" y coronó todo ello con su oposición a cualquier tipo de tibia baja del gasto público por parte de De la Rúa (ya no era un cuestión "ideológica", era una necesidad imperiosa) y luego conspiró con el gran bañero Duhalde para voltear finalmente al presidente de su propio partido y de esa forma salvar el statuo quo argentino, léase burguesía nacional, políticos ladrones, universidad politizada, estado disfraz de la desocupación y el exitosísimo "modelo productivo".
El que ahora es caratulado de "Padre de la Democracia" no vaciló en derribar al presidente de la Nación de su propio partido (democrático y además leal) y conducir al país al caos económico y político para salvar a los políticos de una reforma del estado que se tornaba inevitable.
No quiero hacer culpable a Alfonsín de todos los problemas de la Argentina de las últimas décadas (sería demasiado mérito o demérito) pero sin lugar a dudas contribuyó a acrecentarlos.
En resumen, el nivel de "estadista" de Alfonsín no debería haberlo llevado más allá de una concejalía en Chascomús. Este país fue muy generoso con un político mediocre de comité.
No me animé a decirlo, pero firmo abajo.
ReplyDeletePS: no nos olvidemos de sus delirios movimientistas, del intento de reforma de la constitución, del traslado de la capital, etc.
¡Y me olvidé de la reforma del ´94!
ReplyDeletesuscribo
ReplyDeleteYo insisto con que prefiero dejar de lado su presidencia, que se puede “disculpar” por las circunstancias, y concentrarme en lo que vino después. Lo que hizo como capitoste dentro del partido no tiene perdón de Dios.
ReplyDeletePienso lo mismo, Luis, pero quise hacer recordar que su presidencia fue bastante parecida a la de los K: populismo, demagogia, soberbia y autoritarismo.
ReplyDeletePedazo de ignorante, ¿que acaso Alfonsín no enfrentó tres levantamientos carapintadas?
ReplyDeleteAnónimo, ¿qué tiene que ver eso con lo que dice el post?
ReplyDelete¿Y? Además esos "levantamientos" no iban ni a la esquina.
ReplyDeleteY por algo hubieron 3. Menem, al primero que le armaron, los hizo pelota y desaparecieron del escenario político.
¿Cómo que que tiene que ver con lo que dice el post? Este señala que eran meros engaños alfonsinistas cuando se hablaba de golpismo. Nada más alejado de la realidad de ese ese entonces.
ReplyDeleteY si Menem pudo aplastarlo al del 3 de diciembre de 1990 fue porque recién entonces los militares estaban dispuestos a reprimir, ya que había dejado a todos los criminales libres (para satisfacción de Neustad y de Alsogaray)
Firmo. Hay una anécdota donde lo reta a Reagan en público en USA. Quizás los argentinos somos así, autoritarios, antidemocráticos, violentos, irrespetuosos... todo en la práctica, porque en teoría somos unos ángeles que fuimos perjudicados por... (fill in the gap)
ReplyDeleteAnónimo, ¿los golpistas eran Rosendo Fraga y los otros periodistas que fueron presos? Sin duda fueron momentos muy complicados de la historia, pero me parece a mí que se utilizaba el tema como excusa para evitar críticas.
ReplyDelete¿En serio pensás que payasos como Rico y Seineldín querían tomar el poder y, de ser así, tenían alguna chance de éxito?
ReplyDeleteNo puedo estar más de acuerdo con el post. Suscribo plenamente.
ReplyDeleteAdhiero totalmente al comentario de Blogo.
ReplyDeleteEn otro contexto, el periodo alfonsinista fue lo que hoy es el kirchnerista aunque un poco más formal desde el punto de vista institucional, pero igual de autoritario, demagógico, populista, dirigista, descalificador y de encono con el primer mundo especialmente los Estados Unidos.
Es realmente para un análisis sociológico y sicológico de masas que hoy se lo tome como un prohombre.
En serio hay gente que piensa que los levantamientos podían ir a alguna parte? El "levantamiento" del 24 de marzo fue un levantamiento del pueblo, por más esfuerzo que hagamos en tratar de reescribir la historia argentina hoy y pintar al pueblo como víctima de una locura emprendida por un puñado de nazis de las FFAA, el Proceso fue un producto tan argentino como el dulce de leche.
ReplyDeleteLas payasadas que vinieron después jamás podrían haber terminado de otra forma porque esta vez el pueblo estaba sintonizado diferente. O alguien se imagina a Seineldín dos días en la Rosada?
Anónimo representa el pensamiento de un pueblo que no quiere hacer frente a su pasado. Reescribirlo de color rosa queda mucho mejor.
La presidencia de Alfonsín me pareció desastrosa. Pero personalmente hubiera estado dispuesto a olvidarme del tema si después de dejar el mando, especialmente teniendo en cuenta en las condiciones que lo hizo, este personaje hubiera desaparecido de la escena política para siempre el lugar de destruir a su partido y el país para intentar mantenerse en el centro de la escena.
ReplyDeletePerfecto post.
ReplyDeleteEs una lástima que nadie le haya dicho en la cara a este crápula el desastre que hizo con Argentina.
Fue el principal responsable del lavado de cerebro mediante el cuanto de la historia de los 70 a medias (militares malos, guerrilleros buenos).
Su política exterior fué desastroza (recuerden el famoso préstamo a Cuba que hasta le día de hoy Castro nos debe a todos los argentinos), y ní que hablar a nivel interno. Una hiperinflación histórica a nivel mundial (superior a la de Alemania en la decada del 20), cortes de energía como si fuésemos Nicaragua, aislamiento del mundo, vivir con lo nuestro, empresas del Estado ineficientes, los pollos podridos de Mazzorín, el negociado de las cajas PAN, los galpones de Tierra del Fuego, el ahorro pulverizado de la población.
Y además lo que hizo después de dejar la presidencia.
Si tuviésemos memoria no podríamos llamar héroe a este tipo.
PD: Fué abogado de Santucho. Una joyita el "prócer".
Hablando de periodistas maltratados, Louis, no sé si te acordás de Manfred Schonfeld, un tipo muy valiente y sin pelos en la lengua, que fue emboscado y sufrió un salvaje ataque, le rompieron la cara con una manopla de hierro, todo por oponerse desde sus formidables artículos en "La Prensa" al autoritarismo y arbitrariedades de los "padres de la democracia".
ReplyDeleteno te gastes
ReplyDeletea RA ya lo nombraron padre de la democracia.
nuestros nietos van a estudiar su biografía, convenientemente edulcorada, en las clases de historia.
Y agrego más, la Argentina de hoy (sí, esta misma Argentina tan desastroza) es casi Suiza comparada a la Argenitna de Alfonsín (pero no gracias a Kirchner obvio).
ReplyDeleteLos cortes de luz programados, programación de TV reducida, bajar por la escalera del edificio a buscar agua, hiperinflación... que épocas, es verdad que hasta con los K se está mejor que con el Alfonso.
ReplyDeleteComparto plenamente. Es cierto que lo suyo fue incapacidad, y no corrupción, pero igualmente es increible que se lo esté llorando de este modo.
ReplyDeletejorge, eso nos deberia hacer reflexionar acerca de lo que cada uno estudio en sus libros de historia, y que tanto maquillaje y edulcorante ha habido ahi para matizar los hechos historicos a gusto y piacere.
ReplyDeletePD: no soy el anonimo anterior, este es otro, si quieren soy anonimo 2 :P
Más allá de todo lo bueno o malo que haya sido Alfonsín, creo que en algún momento debemos entender que una sociedad madura se apoya más en la institucionalidad que en los hombres providenciales.
ReplyDelete¿Qué más argentino que la apología el fracaso?
ReplyDeleteComo dice Luis, si se llamaba al silencio y se retiraba de la política, por lo menos tendríamos algo que rescatar de él, pero no, lo máximo que dijo fue "no supimos, no pudimos o no nos dejaron" y siguió haciendo política como si hubiese sido el presidente más exitoso de la historia.
Cyphre dice no creer en hombres providenciales, lo que como principio comparto. ¿Pero por qué entonces esa devoción cuasi religiosa por Reagan y Thatcher que impera en este seguramente agnóstico dream team?
ReplyDeletePocas veces he visto una perspectiva tan estrecha y mezquina como la que ensaya vuestro Darío al hablar de la política exterior de Alfonsín ¿Cómo puede ser que mencione sólo un hecho de tan menor cuantía como aquel préstamo simbólico a Cuba y no diga nada del arreglo limítrofe con Chile por el canal de Beagle que puso fin a décadas de desconfianza? Parece olvidar también los lazos tendidos con Brasil, país desde siempre considerado una amenaza potencial para la Argentina (no hace falta recurrir a los libros, no se asusten, nada más escuchen a Sarney y a Sanguinetti en sus discursos de ayer). Alfonsín fue la figura señera que impulsó la democratización de todo el Cono Sur de América, por eso es respetado y reconocido por todos, como quedó evidenciado en su conmovedor último adiós.
Lo que a continuación expresa vuestro Darío sobre la responsabilidad de Alfonsín en el lavado de cerebro para explicar lo acontecido en los ´70, es no ya atribuible a la estrechez de miras como en el caso anterior, sino sólo a la desnuda ignorancia. Alfonsín nunca dijo que los gurrilleros eran "buenos" ¿de dónde sacás eso?; al contario, era atacado por sostener supuestamente la llamada "teoría de los dos demonios" que igualaba en la "maldad" a militares y a guerrilleros. Tres días después de asumir como presidente dictó los decretos 157 y 158 que ordenaban la apertura del proceso penal contra las cúpulas guerrilleras del ERP y Montoneros, así como a las Juntas Militares, respectivamente. Firmenich fue condenado posteriormente a 30 años de prisión, lo mismo que Perdía y Vaca Narvaja.
Los pollos podridos de Mazzorín no fueron un caso de corrupción, sino una compra de mercadería que no estaba en condiciones, atribuible a una falla del control de calidad. Por otro lado, ustedes como liberales deberían aplaudir el sentido de la medida, ya que implicaba abrir el comercio exterior para que los consumidores pudieran acceder a un pollo más barato.
Me gustaría que el anónimo 2 de algún ejemplo concreto de lo que él llama hechos históricos edulcorados y maquillados, para saber a qué se refiere. Gracias.
Anónimo, creo que lenta pero progresivamente caes en la meada fuera del tarro.
ReplyDelete¿Sinceramente crees que EEUU e Inglaterra son lo que son por un Reagan o una Thatcher?
¿Honestamente crees que la intervención del estado en el mercado de importación y comercialización de pollos es una medida “liberal”?
Vuelvo con lo mismo, no quiero caer en su presidencia, pero si insistes con hablar de corrupción, tenemos para varios posts.
La comunidad de ideas que se manifiesta a partir de este posteo, exhibe un fuerte desprecio hacia una manifestación popular aún no del todo interpretada en su plenitud. El homenaje que se le realizó a Alfonsín no tiene nada que ver con el balance de su gobierno, sino con valores actualmente ausentes en la dirigiencia argentina. Lamento mucho la onda ridiculizante que exhudan varios de los comentarios. Muchos de los que comentan aquí parecen estar cortados por una misma tijera de fuertes prejuicios. Resulta sospechoso también que ni siquiera le reconozcan a Alfonsín haber abrazado un comprometido liberalismo político, teniendo entre sus colaboradores personalidades como Carlos Nino. Daría la impresión que la comunidad de ideas que comparte este blog, desprecia a personas que no comulgan con el partido republicano de EEUU. Si acaso esto fuera así, se están transformando en algo patetico y, dificilmente, ayuden a los objetivos "para Argentina" que aquì enuncian. Cordialmente.
ReplyDeleteEduardo
Eduardo, mientras sea cordialmente está todo bien.
ReplyDeletePor supuesto que jamás creería que Inglaterra y Estados Unidos son lo que son por Thatcher y Reagan. Los que parecen creerlo son ustedes. Yo, por mi parte, diría que estos países son lo que son A PESAR de aquellos personajes menores y olvidables.
ReplyDeleteSeguramente hubo casos de corrupción en el gobierno de Alfonsín, como ocurren en cualquier gobierno del mundo, y más sobre todo tratánadose de Argentina, donde la corrupción tiene, lamentablemente, un carácter estructural. Pero la figura de Alfonsín es una de las pocas por la cual uno pondría las manos en el fuego (o yo por lo menos).
Insisto, el caso de los famosos pollos de Mazzorín (tan agitados por Neustad) no fueron un episodio de corrupción en sentido estricto. De ineficiencia te puedo aceptar.
Anónimo, lo tuyo es sinceramente una fantasía. Me imagino que estás al tanto de que las oportunidades de corrupción son directamente proporcionales a la discrecionalidad de los funcionarios. Ni te cuento de los niveles que alcanzaba durante los 80, cuando el estado en todos sus niveles controlaba cerca del 70% del PBI, desde los medios de comunicación hasta los teléfonos, pasando por los ferrocarriles, bancos y petróleo, con una inflación que llegó a promediar el 30% mensual y miles de millones de dólares por año manejados con la más absoluta discrecionalidad.
ReplyDeletePero, por supuesto, se trataba de la corrupción de la buena, nacional y popular.
Me gustaría conocer una persona sin prejuicios (fuertes o débiles).
ReplyDeleteYo también llamaría al gobierno de los Kirchner liberal porque el jefe de gabinete es un ex-UCeDe y porque otro colaborador, Capitanich, hizo un posgrado en ESEADE con Alberto Benegas Lynch.
Y que quede muy claro, que lo nuestro es un complot financiado por la CIA (che, no me llegó el último cheque muchachos, a ver si se ponen las pilas!!) de gente que está en contra de la Argentina y que hace todo lo posible para que nos vaya mal.
Cuando hablamos de "desprecio por la manifestación popular", no creo que me queme las manos si me juego a que otros que nos acusan de eso, no habrán dudado en criticar las marchas de Bloomberg porque fue la clase media fascista, el acto del campo en Rosario por golpista, el acto del campo en Bs As por golpista, la manifestación contra la estatización de las AFJP por ser "funcionales a los grupos concentrados", el acto por la inseguridad en Plaza de Mayo como el circo de la "fachandula", etc, etc...
A ver, hay dos clases de manifestaciones por la muerte de Alfonsín. La de la televisión y otros medios que derrochan loas hacia Alfonsín con la misma ligereza que insultan a Menem, que fue mucho mejor presidente que Alfonsín (pese a tener enormes vicios).
ReplyDeleteDespués está la manifestación popular que proviene, más que nada, de la visión siempre positiva que han tenido la televisión y los medios sobre Alfonsín, porque es "progre" como ellos, no privatizó YPF y ferrocarriles y no se hizo amigo de EE.UU. Y, además, porque en apariencia, Alfonsín no se hizo rico en el poder, o por lo menos no llevaba una vida opulenta. Por cierto que eso es una virtud, apreciada en exceso hoy por su escasez, pero se puede ser honesto en lo personal y hacer un gobierno desastrozo, y además estar rodeado de ladrones que sí hoy viven como pequeños reyes (Alfonsín es la mejor prueba).
Lo de los pollos de Mazzorín fue una payasada de una secretaría de comercio interior que ya hacía locuras arrogantes semejantes a las de Moreno. Como el gobierno atribuía la inflación al aumento de precios por obra de supuestos "comerciantes inescrupulosos" o agiotistas (lo que demuestra que no sabían ni saben nada de economía), ante el aumento del precio del pollo, decidieron importar enormes cantidades de pollos para distorsionar el mercado y que los precios bajaran. ¿Qué tiene que ver eso con el libre mercado? Es intervencionismo puro y berreta. Luego, como no quisieron admitir el error de la cantidad enorme de pollos importada y como los pollos ya estaban podridos y no se podían vender, se mantuvieron por un larguísimo período en frigoríficos, y ahí estaba la corrupción, porque obviamente había tonga con los frigoríficos.
¿Qué hizo Alfonsín con el organismo más corrupto e ineficiente de la Argentina, la Aduana? ¡Nada!
Lo de la onda ridiculizante es cierto. Este es un blog (bloc) que tiene una opinión bastante diferente a la de la mayoría de los argentinos, que no están acostumbrados a que se critique a ciertos personajes como Alfonsín de la forma en que se suele vituperar a, por ejemplo, Menem y Sarmiento. Si el mismo tono hubiese sido utilizado para criticar a Menem, entonces recibiríamos aplausos, hay que saber aceptar al que piensa diferente.
La política exterior de Alfonsín tuvo claroscuros. Sin dudas el arreglo sobre el Beagle y el acercamiento con Brasil fueron iniciativas excelentes y muy, muy demoradas por los militares paranoicos y su geopolítica de tablero de TEG.
Por otra parte, la oposición a los EE.UU. lo único que logró fueron oportunidades perdidas y desconfianza y rivalidad por parte del país más rico, libre y poderoso del mundo, algo definitivamente no recomendable. Además, por supuesto, de apoyar a la dictadura castrista y la payasada de los no alineados.
Por otra parte, era necesario que alguien mencionara los aspectos negativos de Alfonsín y su presidencia, que son muchos y muy importantes, tales como intolerancia, demagogia, populismo, incapacidad técnica, arrogancia y, por cierto, corrupción. Cuando el estado controlaba las empresas del estado y con alta inflación, surgían innumerables oportunidades de corrupción que nadie duda que bien se aprovecharon. Recuerdo un ferretero industrial que me contó que le vendía a ferrocarriles multiplicando los precios por seis por la coima que tenía que pagar y porque la factura la cobraba a los premios.
Entre tantos panegíricos exagerados, era hora de intentar por lo menos colocar a este personaje en una perspectiva más real.
¿Cuál es el pecado de mostrar desprecio a una manifestación popular? Depende de la opinión de cada uno y de la manifestación popular.
Rothbard: No lo veo a Sergio Massa (venga de donde venga) hoy, aportando a consolidar derechos individuales en la Argentina, como si sucediera en muchos aspectos con el advenimiento de la democracia en el 83. El chiste de la CIA es malo. En cuanto a las manifestaciones populares que señalás: la de Blumberg, la de Rosario, la de Palemo (en la que dicho sea de paso participé), las respeto y no las ridiculizo.
ReplyDeleteEduardo
Blogovido: Estoy convencido que el reconocimiento a Alfonsin, nada tiene que ver con un crudo balance sobre su gestión de gobierno. Se trata de otra cosa. Valorar a un dirigiente que hizo de la politica algo respirable y no como ahora que estamos inmersos en una increible decadencia de gestión y para colmo de ejercicio faccioso. Insisto también que me llama la atención que no se reconozca la lucha por las libertades públicas que encarnó el finado Alfonsín. Que solo se lo quiera juzgar por su fracaso económico.
ReplyDeleteEduardo
Blogovido: Estoy convencido que el reconocimiento a Alfonsin, nada tiene que ver con un crudo balance sobre su gestión de gobierno. Se trata de otra cosa. Valorar a un dirigiente que hizo de la politica algo respirable y no como ahora que estamos inmersos en una increible decadencia de gestión y para colmo de ejercicio faccioso. Insisto también que me llama la atención que no se reconozca la lucha por las libertades públicas que encarnó el finado Alfonsín. Que solo se lo quiera juzgar por su fracaso económico.
ReplyDeleteEduardo
Blogovido: Estoy convencido que el reconocimiento a Alfonsin, nada tiene que ver con un crudo balance sobre su gestión de gobierno. Se trata de otra cosa. Valorar a un dirigiente que hizo de la politica algo respirable y no como ahora que estamos inmersos en una increible decadencia de gestión y para colmo de ejercicio faccioso. Insisto también que me llama la atención que no se reconozca la lucha por las libertades públicas que encarnó el finado Alfonsín. Que solo se lo quiera juzgar por su fracaso económico.
ReplyDeleteEduardo
Eduardo, sé feliz con tu construcción de Alfonsín. Para algunos de nosotros va a seguir siendo un personaje de lo más nefasto, quizás menos nefasto que otros como el dictador Perón, pero nefasto al fin. Si no te gustó el chiste de la CIA, tengo un plan Megatel, una caja PAN o un plan de autoahorro previo para comprar una TV blanco y negro como compensación, vos elegís.
ReplyDeletePor supuesto que el gobierno de Alfonsín tuvo grandes fallas y no se pudieron cumplir muchas de las expectativas que se generaron aquel 10 de diciembre de 1983. Y la gente le pasó la correspondiente factura durante mucho tiempo. Pero el paso de los años se ha encargado de poner las cosas en perspectiva, y aquellos yerros de su gobierno han quedado empequeñecidos al lado de su inmenso legado. Eso suele suceder con los grandes hombres. Tomemos el caso de Winston Churchill, por ejemplo ¿Acaso el hecho que haya tenido responsabilidad en el desastre de Gallípoli durante la Gran Guerra, o que sus decisiones económicas como ministro de Hacienda hayan provocado recesión y desempleo en 1924, empañan su gran proeza de enfrentar a Hitler en soledad por más de un año?¿Cuál de estos hechos se recuerdan más?¿Cuál demostró tener realmente relevancia en una perspectiva histórica?
ReplyDeleteAlfonsín va a quedar en la historia con justicia como el padre de la democracia, porque fue quien puso sus cimientos. Lo demás será anécdota
Flor de anécdota: hiperinflación y caos que lo hicieron salir de la Rosada por la ventana.
ReplyDeleteLo único que faltaba escuchar estos días: Alfonsín, el Churchill del Río de La Plata.
Eduardo, algunas de las cosas que destacás son ciertas, todas las cosas buenas (con muchas exageraciones) de Alfonsín fueron repetidas hasta el hartazgo estos últimos días, por eso justamente quise destacar las malas, las que nadie dice.
ReplyDeleteNo concuerdo con tu visión de que Alfonsín hizo de la política algo respirable. Recuerdo muy claramente sus discursos y actitudes no muy diferentes de las de Kirchner (aunque Alfonsín era 100 veces mejor orador), siempre esa visión de nosotros los buenos y ellos los malos, los golpistas, los oligarcas, los representantes de oscuros intereses, agentes del imperialismo, etc.
Se pensaba parecido a él o se recibía una terrible ola de intolerancia. Y la prensa estaba muy controlada por el estado, fue Menem el que realmente nos dio la prensa libre, Alfonsín no toleraba a los que disentían.
Sí recuerdo de bueno cuando fue a La Rural el día que lo silbaban y abucheaban casi todos, algo inimaginable hoy.
Buen fin de semana muchachos.
ReplyDeleteEduardo
En parte estoy de acuerdo en juzgar la poeta por sus mejores versos, pero los mejores versos del Alfonso, a mi no me llegan...
ReplyDeleteQuiero rectificar algo que puse arriba, erróneamente.
ReplyDeleteLa cobarde agresión a Manfred Schonfeld se produjo en junio del 81, es decir durante la dictadura militar.
Durante la era democrática inaugurada por Alfosín, hubo si aprietes y apresamiento de periodistas, pero no ataques contra la integridad física.
no te acordás cuando le partieron la cabeza a neustadt por desarmar un teléfono de entel en cámara para ver dónde estaba la soberanía?
ReplyDeleteAlfonsin= Un BOLUDO importante, nada mas. Fiel reflejo del Homo Argentus Lipidus
ReplyDeleteAnónimo, ahora me queda la duda en serio de si lo tuyo es una tomadura de pelo o no.
ReplyDeleteTenés razón, Sine.
ReplyDeleteQué saludables imágenes mentales debo de tener de la "democrática" era alfonsinista que se me mezclan con las del "proceso".
¡¡Y seguimos con Raúl!!
ReplyDeleteYo me pregunto:
-Los mismos que hoy lo están llorando, ¿Qué pensaban de él cuando ocurrió la hiperinflación del 1989?
-¿Nadie se acuerda que ÉL MISMO hundió a la UCR primero con el Pacto de Olivos y después luchando contra un gobierno de su mismo partido?
-¿Alguien se acuerda de su apoyo junto a Duhalde al golpe civil contra De la Rúa?
Igual destaco algunos puntos positivos, a pesar de todo:
-Se banco que en la Exposición Rural lo putearan. Y así y todo fué a ese evento (no como un virolita que la da de guapo en un atril).
-Se le ocurrió responderle a un capellán militar que le estaba diciéndole de todo en el mismo lugar donde lo estaban puteando.
-Yo creo que las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final iban a sancionarse igual, pasara lo que pasara, porque sino los militares sublevados le hacían un golpe.
-No hubiera venido mal trasladar la Capital Federal. Pero ahora, hacerlo en un momento complicado para el país...
Algunas consideraciones:
-Los gremios (cuándo no) le hicieron la vida imposible durante su gobierno. Distinto hubiera sido para mí si se sancionaba la Ley Mucci.
-Yo creo que los saqueos de 1989 (al igual que los de 2001) lo armaron algunos tipos.
Ahora los medios lo llaman "Padre de la democracia"...¿Acaso se olvidaron que en realidad alguien fue el que generó la vuelta a la democracia (y no hablo de Galtieri, porque si la Thatcher se quedaba mirando por TV como los militares invadían Malvinas, a lo mejor al choborra lo teníamos por un largo rato; igual lo de la Guerra de Malvinas es otro tema)?
Andrés
Los adoradores de la Thatcher, abundantes por estos pagos, viven repitiendo que gracias a ella tenemos la democracia. Esto me recuerda a esas sencillas gentes del campo que atribuyen la buena salud de sus hijos a la decidida intervención del Gauchito Gil.....
ReplyDeleteEn todo caso, para el asunto en cuestión,podría traerse a colación lo que Max Weber llamaba "los resultados no queridos de la acción". Pero ya que gustan emplear este tipo de argumentaciones, por qué no decir también, con ese mismo criterio, que los militares argentinos "salvaron" al hada madrina de este blog, que en esos años estaba más que jaqueada por las consecuencias sociales de sus "sabias" políticas. Hay un antes y un después de Malvinas tanto para la ¿dama? de hierro como para la Argentina, no lo olviden.
El entusiasmo patriotero por la guerra, y su utilización para descomprimir crisis internas, está visto que no es exclusividad del chauvinismo militarista argentino.
A Margaret Thatcher le vino perfecto la guerra de Malvinas. Quién dijo que no? Y como le vino bien a ella, le vino bien a Inglaterra, que gracias a su política vio levantar cabeza al país después de varias décadas de postramiento económico. Fue un negocio redondo para los ingleses.
ReplyDeleteSi vos pensás que la democracia llegó gracias a Alfonsín y la guerra de Malvinas no fue determinante en la salida de los milicos, tenés tanta idea de historia argentina como yo de danzas autóctonas de la región septentrional de Mongolia.
Anónimo, exacto, Gran Bretaña necesitaba una guerra con Argentina para escapar de su destino argento. ¿Lo tuyo es en serio?
ReplyDeleteUna cosa más anónimo, que le haya venido bien la guerra no quiere decir que haya sido "utilizada para descomprimir una crisis interna." Don't drink and type. Tenés que estar mamao, no hay otra explicación para lo que decís.
ReplyDeleteInglaterra no pudo "utilizar" una guerra que le fue impuesta. O la invasión del 2 de abril también fue obra de la CIA?
Chau, anónimo, seguí participando.
ReplyDeleteFirmo el post, pero ua pequeña corrección: Alfonsín no solo designó TODA la Corte Suprema, sino que puso en comisión a todo el Poder Judicial de la Nación, aún a los jueces designados democráticamente antes del proceso.
ReplyDeleteEn cuanto a sus valores democráticos, no hay que olvidarse del ciudadano de Chos Malal que terminó en cana y procesado por gritarle cosas en un acto en el que Alfonsín le retrucó desde el palco "A vos no te va tan mal gordito".