Yo creo que la nota es muy buena, todo lo que dice está bien, se podrá discutir algún detalle. Pero lo que mejor muestra esta nota, es que sin controles y sin la contención de la gente, el tipo más preparado, mejor educado que se las sabe todas, puede hacer las peores cagadas de la historia por la droga que significa el poder. El poder es la droga más letal y se supone que la república debería conternerla.
Sí es el mismo lo que pasa es que como dice Rothbard, el poder es una adicción. Y el mingo se enfermó de estatismo e intervencionismo las 2 veces que agarró el ministerio de economía.
El mingo se pensó que con poner su cara todos se iban a calmar, se creyó que era Dios y que iba a quedar en la historia como héroe salvador y que iba a ser presidente. También hay que reconocerle que agarró la papa caliente y apostó todo su prestigio a salvarnos del default, pero perdió. Si no hubiera aceptado el ministerio de economía en plena caída libre, quizás hoy sería presidente... quien sabe. El poder enferma.
Concuerdo con que el poder enferma y que Mingo es un "aprendiz de brujo" como alguna vez escuché que lo llamaba el viejo Alsogaray, pero más hallá de su error de caracterización de la situación, poco tuvo que ver con el desastre de la Alianza. El corralito fue un intento ingenioso y desgraciadamente infructuoso de mantener la convertibilidad pese a no tener un prestamista de última instancia (que pudiera emitir dólares) y la confianza en De la Rua y sus muchachos era casi nula y sin confianza no hay plan que aguante.
Miguel: recordemos que antes de Cavallo, De la Rúa había nombrado a Ricardo López Murphy de ministro. Si no recuerdo mal, a los 15 días el presidente le pidió la renuncia para nombrar a Cavallo. Creo que habían viajado De la Rúa y López Murphy a Santiago de Chile. Allí habló López Murphy y al llegar de regreso a Buenos Aires le pidió la renuncia. López Murphy había escandalizado porque llevaría adelante una baja del gasto público. Cavallo, supuestamente, a diferencia de López Murphy, evitaría tan dolorosas medidas. Llegaba el ministro «bueno» a reemplazar al impiadoso y desalmado López Murphy. Pero luego Cavallo aplicaba el «déficit cero» y otras medidas ya conocidas que supuestamente evitarían dolor.
Yo creo que la nota es muy buena, todo lo que dice está bien, se podrá discutir algún detalle. Pero lo que mejor muestra esta nota, es que sin controles y sin la contención de la gente, el tipo más preparado, mejor educado que se las sabe todas, puede hacer las peores cagadas de la historia por la droga que significa el poder. El poder es la droga más letal y se supone que la república debería conternerla.
ReplyDeletePor eso pregunto si es el mismo que gobernó con De la Rúa.
ReplyDeleteSí es el mismo lo que pasa es que como dice Rothbard, el poder es una adicción. Y el mingo se enfermó de estatismo e intervencionismo las 2 veces que agarró el ministerio de economía.
ReplyDeleteEl mingo se pensó que con poner su cara todos se iban a calmar, se creyó que era Dios y que iba a quedar en la historia como héroe salvador y que iba a ser presidente. También hay que reconocerle que agarró la papa caliente y apostó todo su prestigio a salvarnos del default, pero perdió. Si no hubiera aceptado el ministerio de economía en plena caída libre, quizás hoy sería presidente... quien sabe. El poder enferma.
ReplyDeleteConcuerdo con que el poder enferma y que Mingo es un "aprendiz de brujo" como alguna vez escuché que lo llamaba el viejo Alsogaray, pero más hallá de su error de caracterización de la situación, poco tuvo que ver con el desastre de la Alianza. El corralito fue un intento ingenioso y desgraciadamente infructuoso de mantener la convertibilidad pese a no tener un prestamista de última instancia (que pudiera emitir dólares) y la confianza en De la Rua y sus muchachos era casi nula y sin confianza no hay plan que aguante.
ReplyDeleteMiguel: recordemos que antes de Cavallo, De la Rúa había nombrado a Ricardo López Murphy de ministro. Si no recuerdo mal, a los 15 días el presidente le pidió la renuncia para nombrar a Cavallo. Creo que habían viajado De la Rúa y López Murphy a Santiago de Chile. Allí habló López Murphy y al llegar de regreso a Buenos Aires le pidió la renuncia. López Murphy había escandalizado porque llevaría adelante una baja del gasto público. Cavallo, supuestamente, a diferencia de López Murphy, evitaría tan dolorosas medidas. Llegaba el ministro «bueno» a reemplazar al impiadoso y desalmado López Murphy. Pero luego Cavallo aplicaba el «déficit cero» y otras medidas ya conocidas que supuestamente evitarían dolor.
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