Aunque a esta altura del partido los corra con la vaina, no deja de ser llamativo lo corto que se quedo Mario Puzo:
"El último en reclamar la complicidad de esos jóvenes no fue más exitoso. Se trata de Scioli, que en tres encuentros individuales repitió los mismos argumentos: "Hay que poner el cuerpo. Lo estamos haciendo todos. Yo lo conozco a Néstor y sé que está esperando ese gesto de ustedes. Además, ya saben la capacidad de daño que tiene el «hombre»". Pocas veces, Scioli formuló un ultimátum de ese tipo. Su afinidad con Kirchner amenaza con trasladarse a los modales.
El rechazo de Bruera, Pulti y Breitenstein se conoció enseguida en Olivos. Cuando terminaron las gestiones de Scioli, comenzaron las llamadas de José López. El secretario de Obras Públicas comunicó a cada uno de los rebeldes que los actos públicos para anunciar nuevas inauguraciones quedarían suspendidos hasta que ellos comunicaran que integrarían las listas. Tal vez, sin proponérselo, López les estaba dando una buena noticia: ninguno de los intimados daba demasiado por una foto con el ex presidente. Además, es vox pópuli, entre los caudillejos del PJ, que el Gobierno carece de fondos para realizar las obras que promete."
"...Además, ya saben la capacidad de daño que tiene el «hombre»"
ReplyDeleteMe imagino que después de semejante declaración, el «hombre» lo llamó y le dijo -Grashia, pibe, grashia. Pero, mejor, no me ayudes másh...
Fue un acto fallido, no?
ReplyDeleteQue imbecil que es pobrecito.
Estos tres intendentes no son víctimas de un malvado perverso que los ha elegido para dar rienda suelta a su feroz maldad. Estos tres intendentes han hecho su aporte, en alguna medida, para que Kirchner llegue a donde está, y ahora, que el humor de la gente sopla en otra dirección, han decidido abrirse y les da vergüenza que los vean junto al otrora Salvador de la Patria. Cada uno de estos tres intendentes seguramente justificarán por qué en otro tiempo fueron aliados de Kirchner; dirán que lo hacían por el bien de sus respectivas ciudades. Pero Scioli les está pasando factura: ellos sabrán qué habrán quedado debiendo.
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