Jul 29, 2009

Agustín Monteverde sobre el “modelo” con el que hasta hace muy poco se hacían pis y caca encima tantos especialistas y analistas serios:

Dos pilares caracterizaron el modelo económico K: el tipo de cambio alto y el superávit fiscal holgado. Desde un principio cumplimos aquí en advertir que el primero, vendido como la pieza productivista del modelo, era en realidad el atajo elegido por Kichner para asegurarse en forma rápida una abundante masa de fondos por la vía de exorbitantes impuestos al comercio exterior, en el marco de circunstancias internacionales absolutamente extraordinarias.

La política de dólar alto fue sólo un medio para lograr la holgura fiscal. Eran los años de la abundancia y la popularidad, cuando un auténtico tropel de economistas considerados serios se esmeraban en alabar las dotes de “responsable y eficaz administrador” de Néstor Kirchner, a la vez que preferían
omitir las múltiples violaciones a los derechos de propiedad y los mecanismos de mercado que desde temprano signaron su gestión.

Un puñado de díscolos insistíamos en afirmar que aquella solvencia poco tenía que ver con cualquier ideal de ortodoxia fiscal sino que pertenecía al plano tanto más realista y pragmático de las efectividades conducentes, con las cuales docilizar y ganar el favor de un variopinto abanico de gobernadores, intendentes, sindicatos, empresarios y ONGs. La solvencia fiscal, en el léxico patagónico, era tan sólo un eufemismo para referir a la necesidad crucial de una caja amplia y generosa, verdadera espina dorsal del poder kirchnerista.

1 comment:

  1. Ni hablar de que la "solvencia fiscal" era en principio solvencia productiva de privados, no?
    Cada dos por tres hablan del "costo fiscal" de bajar las retenciones.
    Perversión ideológica si la hay, al carajo todos, los costos lo son para el que pone la plata.

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