Con el supuesto llamado al diálogo de la esposa de Kirchner, la “reforma política” vuelve a ser el gran tema del momento.
En una época consideraba que se trataba de un cambio fundamental para el futuro del país. Ahora no estoy tan seguro.
¿Debe el estado meterse en la estructura interna de los partidos? Si el partido A elije a sus candidatos a dedo, mediante elecciones internas o con una perinola es problema del partido A. En todo caso, si los ciudadanos argentinos consideran que el proceso no es de su agrado, no votarán a sus candidatos y el partido A dejará de existir en muy poco tiempo.
El problema de fondo del sistema argentino tiene mucho más que ver con el nivel de clientelismo que hace posible una estructura de virtual partido único, al estilo del PRI en México en su momento. En ese esquema, el funcionamiento interno del partido hegemónico equivale al funcionamiento del sistema político en general.
El mercado de la política necesita, como todos los mercados, el mayor nivel de competencia posible. Para eso alcanza con que no existan restricciones para el ingreso.
El objetivo debería ser poner fin cuanto antes al sistema de partido único. Creo que alcanzaría con terminar o acotar al máximo el clientelismo y eliminar las restricciones al ingreso.
¿Qué opinan vosaltres?
Si esto de las internas se concreta, me parece algo positivo. Ayudará a que el PJ no vaya con tres o cuatro candidtatos a la elección general, y reducirá la enorme cantidad de listas que se presentan para una elección. Para mi la existencia de internas obligatorias ayuda a combatir el sistema de partido único. Si el peronismo hubiera tenido internas en el 2003, seguramente Kirchner no hubiera sido elegido.
ReplyDeleteFrancisco, en un sistema político que no es de partido único, cuanto más dividido va un partido a una elección, peor es el resultado que obtiene. La gente mayoritariamente insiste con votar a candidatos peronistas, vayan o no divididos y bajo cualquier denominación.
ReplyDeleteNo te olvides que el estado argentino le da a los partidos el mopolio de la representación. Por lo tanto como todo monopolio debe ser regulado.
ReplyDeleteSalvador, por eso mismo digo que bastaría con terminar con las restricciones de ingreso.
ReplyDeleteYo creo que la reforma política debería pasar por otro lado. Como dijo el compañero los políticos regulan todo menos la política, hay vale el capitalismo salvaje. Yo prohibiría la reelección en todos los cargo (concejal intendente, diputado, senador, presidente, etc..). En los cargos ejecutivos los parientes (hijos, esposo/a, primos, hermanos, cuñados, etc) no se pueden presentar inmediatamente, que esperen un periodo. Volver al colegio electoral. Si un político fue elegido para un cargo (cualquiera sea) por un distrito, solo puede seguir postulándose para otros cargos desde ese distrito.
ReplyDeleteUna reforma política en serio debería tener en cuenta:
ReplyDeleteAbolir el sistema D'hondt de representación proporcional en todos los niveles, y sustituirlo por uno de circunscripciones uninominales.
Volver al Colegio Electoral, pero con un sistema WTA, no el proporcional.
Reducir el número de senadores a dos por provincia, y que cada provincia elija sólo uno por elección.
Máximo de ocho años de mandato para todos los gobernadores y el presidente.
En Argentina todo esto sería bastante utópico, así que por ahora no me desagrada la idea de internas obligatorias.