Puedo llegar a entender que alguien, por convicción, confusión o conveniencia, siga sintiendo algo de simpatía por Kirchner y su política trasnochada.
Pero me resulta absolutamente incomprensible que alguna persona medianamente bien nacida pueda apoyar al delincuente miserable, ladrón de gallinas que ocupa el cargo de secretario de comercio del gobierno federal.
¿Me pueden decir qué hace Ignacio Copani con esa gente?
La culpa no es del chancho...
ReplyDeletees del pingüino...
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