Aug 9, 2009

Delirio

¿Leyeron a Marianito hoy en La Nación? Empieza bárbaro:

Quizás ha llegado el momento de preguntarse qué es el desarrollo económico. Cada país produce una masa de bienes y servicios. Parte de esta riqueza se la lleva el consumo. Pero queda un sobrante. Según emplee este sobrante, así le irá a un país en materia de desarrollo económico. Si lo emplea en invertir, el próximo año tendrá más sobrante. Si tiene una conciencia social, parte pero sólo parte de esa suma se encaminará hacia la distribución en beneficio de los más necesitados. Este es el sencillo mecanismo gracias al cual han avanzado los países de punta. Aquí salta a la vista, empero, el craso error económico en el que hemos caído durante las décadas de nuestra declinación y es bueno destacar también que, habiendo pensado en la distribución no ya como en un "complemento" de la inversión sino como un "sustituto" de ella, los argentinos hemos perdido de vista el tren del progreso.

Pero después cae en la versión económica de la teoría de los “dos demonios”:

Max Weber llegó a la conclusión de que el avance de los países de punta se debe a dos factores concurrentes que son, de un lado, un empresariado competitivo, y, del otro, una burocracia profesional y honesta que procura ponerle un techo, aunque sin paralizarlo, en beneficio de los que están peor. Si se desconoce esta dualidad del desarrollo, se cae, en un extremo, en la concentración abusiva del capital en beneficio de una oligarquía, que es la tentación de la derecha o, en el otro, en la distribución excesiva que enerva el proceso del desarrollo y estimula la huida de los capitales, que es la tentación de la izquierda.

Yo honestamente no entiendo. Si una persona preparada, entre los analistas más lúcidos del país, repite estas cosas, ¿qué le queda al argentino de a pie?

La “concentración abusiva del capital en beneficio de una oligarquía” es propia de las economías prebendarias, corporativismos fascistas de izquierda o de derecha, en las que las fortunas se generan gracias a favores gubernamentales: ataques al derecho de propiedad, trabas al comercio exterior, trabas a la competencia, créditos subsidiados, obra pública, consumidores cautivos, reservas de mercados. No se dan jamás en una economía de mercado, con competencia libre, porque en cuanto una compañía encuentra una veta de mercado más rentable de lo normal, surgen inmediatamente competidores para quitarle participación.

Qué quieren que les diga, yo creo que los argentinos llevan al progresismo delirante en el alma.

4 comments:

  1. Gracias Don Cyphre por no dejarme solo¡¡¡¡¡¡¡
    http://blogbis.blogspot.com/2009/08/fanatismos.html

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  2. La gran pregunta que me hago es si Grondona realmente cree las imbecilidades que dice en sus columnas, que a su vez son más sesudas que los comentarios de su programa de televisión, o si es verso para la galería, para no quedar como un "neoliberal".

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  3. Si hubieses preguntado lo mismo hace un año atrás, te respondería que lo segundo.
    Hoy me inclino por la hipótesis de que Grondona no es un hombre inteligente, solo tiene la pose.

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  4. Es simple, Grondona nunca fué un liberal.

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