No se pierdan la columna de Juan Carlos De Pablo en Fortuna sobre los efectos no deseados del modelo “pobres pero dignos”:
En fútbol, la Argentina es un país exportador neto de jugadores (cada vez que juega la Selección Nacional, aviones procedentes de varios países del mundo convergen hacia el campo de entrenamiento y de juego). Esto implica que los equipos de fútbol que quieran integrar su plantel con “buenos” jugadores, es decir, aquellos que también podrían jugar en equipos europeos, tienen un insumo que se cotiza a nivel internacional. ¿Cuál es el problema? Que sus ingresos se cotizan a nivel local (no me refiero a la moneda sino al poder adquisitivo de los hinchas de fútbol, tanto los de quienes concurren a los estadios como aquellos que ven los partidos por televisión).
Estoy diciendo una cosa muy simple: no se necesitan malas gestiones, o dirigentes ladrones, para advertir que el fútbol jugado con jugadores de nivel internacional es inviable en la Argentina 2009. Como la ópera, para que se vea que no se trata de nada específico.
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