Aug 6, 2009

"Justicia" para algunos

Una mano lava la otra

La Justicia comenzó el proceso para rematar los bienes de la ex polifuncionaria menemista María Julia Alsogaray, a fin de devolverle al Estado más de tres millones de pesos, luego de que fue condenada por enriquecimiento ilícito.


Muy curioso, hasta donde recuerde, el único funcionario en la historia argentina al que le ha reclamado la justicia los bienes obtenidos en forma ilícita es a María Julia Alsogaray.

Vemos fotos de las enormes casas, el lujo casi asiático que tienen y en que viven sindicalistas ex-camioneros, mozos, albañiles, ferroviarios, etc, etc o políticos peronistas que fueron cadetes, ordenanzas, que con suerte terminaron el secundario, que nacieron en barrios pobres y casi no han tenido profesión o ocupación conocida, a lo sumo, profesionales oscuros, y la única condenada es María Julia Alsogaray, que ya era rica antes de ingresar a la función pública.

Recuerdo los bienes del juez federal del caso de las coimas del senado, una gran casa en Vicente López con pileta y vestuario bajo ella, múltiples autos y muchos otros lujos; y recuerdo su sueldo y el de su esposa, que le permitirían pagar esos bienes en algunos milenios.

Y el procesado es De la Rúa, de los senadores peronistas, alguno hoy gobernador, ni noticia.

Esta orden judicial no hace más que confirmar que la "justicia" es hoy Justicialista.

Hay un partido que se ha transformado en el partido de estado y opera como una organización criminal con la complacencia de decenas de millones de argentinos.

2 comments:

  1. La justicia es para los no peronistas y peronistas en desgracia, siempre y cuando no me sean afines.

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  2. Ya lo dijo el Restaurador de la Dignidad Argenta: "A los amigos todo, al enemigo, ni justicia".

    El mayor flagelo que azota a nuestro país desde hace décadas es, por lejos, el sometimiento de la justicia al poder político y al mandamás de turno.

    Y claro, pegarle a alguien a quien el consenso popular a encumbrado como ícono "neoliberal" es especialmente reconfortante para el populismo demagógico, cuyos mentores cometen tropelías de un grado de corrupción inmensamente superior a los que presuntamente están castigando.

    Y de paso logran desviar la mirada pública, del centro de la escena en la que están profundamente involucrados.

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