Los bancos de esta zona no tienen cajas. Los empleados, por lo general chicas, atienden al público en escritorios separados por unas mamparas bajas.
Los empleados no tienen cajones para guardar el efectivo. Tienen que ir hasta una especie de dispensador, conectado al tesoro del banco, y marcar la cantidad que necesitan para sacarlo. Lo mismo para hacer un depósito. Reciben el efectivo e inmediatamente se levantan, lo meten dentro de un sobre y lo depositan en un buzón al tesoro.
El sistema funciona porque la gran mayoría del público va físicamente al banco muy, pero muy de vez en cuando y porque una fracción mínima de las transacciones se hace en efectivo.
En un sistema como el argentino, en el que el efectivo sigue siendo el método preferido, sería imposible de poner en práctica.
En un sistema pensado para que evadir sea la única forma de trabajar y en el que la gente no confía en que el estado no vaya a confiscar depósitos o inventar nuevos impuestos, casi todo se maneja en efectivo.
ReplyDeletePor lo que sé, una de las cosas que asombran a los extranjeros de Buenos Aires son las largas colas en los bancos.
Y otra ridiculez son los jubilados que no se ponen las pilas para aprender a manejar los cajeros automáticos y hacen cola por horas desde antes de que abran los bancos como si tener la plata 3 horas antes hiciera una diferencia.
Es interesante, porque nos marca que la mayor parte de los jubilados está absolutamente al pedo y bien podrían hacer algunos trabajos no exigentes como lo hacen en los países civilizados.
Claro, con el transporte público que tenemos en Buenos Aires, los jubilados no pueden viajar en horas pico en verano porque se mueren.
Hay que ser relativamente joven para tolerar eso, pero somos felices porque tenemos boletos y tarifas baratos.
Seguramente una cosa lleva a la otra, pero en el fondo yo creo que se trata de una tara cultural.
ReplyDeleteSalvando las distancias, los argentinos son como esos aldeanos africanos que necesitan el simbolismo de recibir una bolsita con tierra cuando adquieren una propiedad a cambio de una hija para que la transacción tenga valor.
Algo de eso hay. Como lo que puse de los jubilados.
ReplyDeleteDe todas formas, cantidades de trámites se hacen hoy en los bancos que han reemplazado a las oficinas públicas en muchos aspectos. Las oficinas públicas son más que nada agentes de pago de ñoquis.
"Y otra ridiculez son los jubilados que no se ponen las pilas para aprender a manejar los cajeros automáticos"
ReplyDeleteBlogo, eso pediselo a los que se jubilan ahora.
La gran mayoria de los que tienen 70 para arriba no van a entender como manejar un cajero o una tarjeta de credito.
Y es porque siempre estuvimos muy atrasados en tecnologias de uso diario.
Acordate que recien en los 90 se generalizo el uso de la tarjeta de credito y los cajeros automaticos.
Antes de eso, mientras en cualquier lugar del mundo se accedia a una tarjeta con pocos requisitos, aca te pedian sueldos de gerente y una certificacion de tu proctologo amigo.
Ese tema me vuela. Hay pilas de gente que no tienen ni idea ni son capaces de manejar uno de esos menues automaticos con mil pasos, o internet, necesitan hablar con alguien. Si la idea es sacarse de encima a los clientes lentejas sin darles mayor entrenamiento es una maldad.
ReplyDeleteSe puede intentar, hacer dos horas de cola a la intemperie puede ser algo peor a los 70 años.
ReplyDeleteLa verdad, tendrían que poner un cajero automático en los bancos en el que pongas la tarjeta y la huella digital y te salga la plata. Eso quizás funcionaría para los jubilados.
Mucho peores son los hospitales públicos en los que los pobres viejos tienen que esperar parados por horas porque hay poquísimas sillas y tienen que llegar a las 6 de la mañana para que los atiendan, si los atienden, a las 12. El cenit de la justicia social.