El Opinador Compulsivo

Yo honestamente no termino de entender muy bien el motivo de la sorpresa de tanta gente porque los Kirchner van a contrapelo de la “voluntad popular”, tal como quedó expresada con el voto en contra del gobierno en las últimas elecciones legislativas.

Los analistas y politicólogos argentinos deberían estar entre los principales expertos internacionales en populismo clientelista. Después de todo, han tenido oportunidad de estudiarlo en primera persona durante generaciones.

¿Hace falta explicar que el del kirchnerismo es la evolución habitual de este tipo de regimenes?

En una primera etapa, el líder populista es extremadamente popular. Durante la etapa del reparto clientelista, es capaz de comprar votos y lealtades a rolete y ganar las elecciones por aclamación. Pero a medida que se termina la caja y surge la puja por el ingreso (si la torta es siempre la misma lo único que queda es tratar de manotear un pedazo más grande) su popularidad empieza a caer en picada.

Si no se genera riqueza lo único que se puede redistribuir es pobreza. Los mecanismos revanchistas, la apelación permanente al odio, el rencor, el resentimiento y la envidia suelen brindar algún alivio emocional. Pero cuando llega el momento de hacer las compras o pagar el alquiler, con eso no alcanza.

El proceso de desgaste que experimentan los Kirchner es básicamente el mismo que el que deben, o deberán muy pronto, hacer frente otros personajes nefastos de la región como Chávez, Morales o Correa.