El proyecto de radarización del sector de mayor densidad de población del país fue adjudicado durante los 90, cuando el presidente era Carlos Saúl Menem, estábamos mal y no teníamos dignidad. Después, durante el gobierno de De la Rúa, el primer intento de construir la “patria progresista”, López Murphy dejó sin efecto la adjudicación cuando ocupaba el ministerio de defensa.
Ahora la suprema corte a la Maryland kirchnerista clama por la instalación de radares para por lo menos intentar tener algo de control sobre el espacio aéreo del país, que maravillosamente aplica el sistema de “cielos abiertos” para el narcotráfico pero no para el transporte de pasajeros.
¿Se tratará de una corte menemista?
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