Sigo creyendo que el de los Kirchner tal vez sea un problema de exceso de vocación de servicio:
Esta respuesta a la reprobación electoral y a la desconfianza que revela la opinión pública no es la manifestación de un autismo político que impediría al Gobierno conectarse con lo que pasa fuera del palacio. Es consecuencia de una interpretación mesiánica de la democracia. Para los Kirchner, lo que sucedió el 28 de junio no fue que el juicio crítico del electorado reprobó sus prestaciones como gobernantes. No. La derrota se debió a que el oficialismo fue menos eficiente que "los sectores dominantes", "el bloque agrario" o "los defensores de una Argentina para pocos" para orientar en su favor el sentido común de la ciudadanía. Para esta visión, la opinión pública es el campo baldío en el que libran su batalla las corporaciones oligárquicas, en contra de un progresismo iluminado que hubiera conseguido el reconocimiento popular si no fuera por las maquinaciones del otro bando. Es una nueva versión, estilizada e incruenta, de la que llevó a la juventud de los años 70 a levantarse en contra del gobierno democrático por el que se había sentido traicionada. Entre esa ya lejana experiencia y la de estos días hay infinidad de diferencias. En principio, aquella vanguardia esclarecida, minoritaria y todo, era mucho más numerosa que un matrimonio. Pero en ambos respira el mismo espíritu autoritario.
Pobres, no supieron comunicar.
ReplyDeleteEstoy de acuerdo, los K se creen su discurso adolescente.
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