Medina Macías habla de la situación de México, pero aplica perfectamente a cualquier país latinoamericano. En Argentina la situación es aún peor. Los liberales clásicos han desaparecido de la oferta política tanto del gobierno como de la oposición:
La tragedia es que a la hora de la verdad, sólo hay un puñado de liberales en este país. Unos poquitos en los gobiernos (sometidos cotidianamente al escarnio de ciertos medios por ser "neoliberales" y "tecnócratas" desalmados, cuando no presuntos aliados del más odioso imperialismo capitalista y etiquetas por el estilo) que batallan para que sus ideas sean atendidas tanto adentro como fuera del gobierno. Y aún menos liberales entre los negociantes mexicanos (a los que eufemísticamente se llama "empresarios") siempre prestos para pedir "apoyos" del gobierno, para exigir territorios de caza exclusivos (proteccionismo comercial), créditos subsidiados, tratamientos fiscales de privilegio y rentas garantizadas...
Solo en México y Argentina?.
ReplyDeleteCreo que en el mundo entero hay cada vez menos liberales y más colectivistas.
Es cierto que los liberales clásicos son minoría en todas partes del mundo. Pero yo creo que no son minoría quienes se consideran de derecha o centroderecha, por más que no lo expresen públicamente.
ReplyDeleteEn mi caso, yo me considero liberal, sobre todo en lo económico y en otros asuntos. Cuánto menos interfiera el gobierno en la vida de las personas, mejor, pero tampoco se puede pretender que desaparezca el Estado en su totalidad, por ejemplo. Porque si vivimos pensando en utopías (como la desaparición total del Estado), no vamos por ningún camino. A veces hay que actuar con pragmatismo.
También considero que ninguna fuerza política liberal puede gobernar por sí misma sin la ayuda de otras fuerzas conservadoras. Sino, vean el comentario nº17 de este post de Jorge Ávila: http://www.jorgeavilaopina.com/?p=199.
Además, si un partido que dice ser liberal quiere ganar elecciones, no me parecería tan apropiado presentar propuestas 100% liberales, porqué eso no vendería bien para el electorado. Claro que distinta es la situación cuándo un partido está en el gobierno.
Andrés
Andrés, el latinoamericano promedio, incluido el argento, ama al estado. Con merda y todo. Desde lo racional sabe perfectamente que el estado lo estafó toda la vida y que lo va a volver a hacer. Pero prefiere el fracaso seguro del estado - de última tiene a quién echarle la culpa - que la posibilidad de éxito de ser el dueño de su propia vida y destino.
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