Oct 30, 2009

La escasez de bergamotas y otras escaseces



Me encontraba leyendo el blog de mi admirado Bugman cuando vi un comentario acerca de la escasez de bergamotas en Buenos Aires. No me sorprendí mucho ya que la bergamota no tiene la buena prensa de la que disfrutan, por ejemplo, el kiwi o el litchi. La imagen distorsionada de esta pobre fruta tal vez se produzca por las evocaciones que, en idioma rioplatense, produce su nombre. En mi caso, cuando ví la palabra bergamota inmediatamente me vino a la cabeza una anécdota ocurrida a una psicoanalista amiga de mi propia psicoanalista. (pese a la evidencia, mantengo la esperanza de que mi analista no chusmee con sus amigos sobre sus pacientes sino que lo haga solamente acerca de sus colegas).

Los hechos ocurrieron más o menos de la siguiente manera: en ese entonces la Dra. B. tenía unos 40 años, estaba divorciada, con dos hijos preadolescentes, gozaba de bastante éxito profesional y de plena independencia económica. Además, era una mujer mona y elegante, pero muy volcada hacia su trabajo y sus hijos.

Luego de un intenso día de trabajo, la Dra. B. se dirigía hacia su casa cuando se acordó de que debía comprar huevos y entró a una frutería cercana donde era una clienta conocida (se me escapan las razones por las cuales se venden huevos en una frutería, tal vez sea lo habitual entre los psicoanalistas de Villa Freud). Saludó al dueño por su nombre (su de él, no su de ella) y le pidió una docena de huevos. Mientras el hombre iba a buscarlos, la Dra. B. paseó su mirada por las diversas frutas y verduras en venta y notó que había bergamotas. Dejándose llevar por un súbito impulso y señalando hacia las bergamotas, dijo: “Francisco, déme también dos kilos de poronguetas”.

Terminadas de decir que fueron sus palabras, dióse cuenta del fallido cometido y de su evidente significado (hasta nosotros que no somos psicoanalistas nos damos cuenta) y se ruborizó. Para desgracia de la pobre Dra. B, el frutero se ahogaba de risa y la miraba atónito. Ella, totalmente avergonzada, se fue del negocio sin llevarse ni los huevos ni las bergamotas, conducta que también fue objeto de autoanálisis ya que, simbólicamente, era un hecho que venía repitiendo desde su divorcio.

Como era una mujer inteligente y buena profesional, se dio cuenta de que debía elaborar más el duelo por el divorcio e iniciar un tratamiento adecuado consistente en trabajar un poco menos y aumentar su vida social. No conozco la intensidad ni la duración del tratamiento, pero se volvió a casar (con otro) y nunca más repitió el fallido de las poronguetas que hiciera las delicias de sus colegas de APA.

Seguramente otros amigos tendrán anécdotas vinculadas a las bergamotas, pero esas son otras historias.

16 comments:

  1. Este hecho no hace referencia a las bergamotas pero sí a los huevos.
    Cierto día llegan un padre con su hijo a la casa, luego de visitar a su esposa (madre)que estaba internada en una clínica.
    Ambos tenían ganas de comer huevos fritos, pero se encontraron que en la casa no había ni un huevo.
    Entonces el padre manda al hijo al almacén de la esquina a comprar.
    Como no sabía el valor, le dice pedile al gringo del almacén que te de cinco pesos de huevos, si tiene.
    Pues el niño fue al almacén y le dijo: ¨dice mi papá que si tiene huevos le de cinco pesos¨.
    A lo que el almacenero, metiendo la mano en el bolsillo le contesta:¨decile a tu papá que la plata se pide de buena manera¨.

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  2. ¡¡¡Buenísima anécdota, Voltaire!!!

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  3. Enmascarado, bueno hubiera estado que la psicoanalista terminara casandose con el frutero, al que le pidio la porongueta.

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  4. Excelente anécdota, Enmascarado, y relatada con la elegancia que lo caracteriza.
    Voltaire, otro hallazgo, estupendo.

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  5. Rubén, creo que se casó con otro colega psicoanalista, así le solucionaba los fallidos.

    Louis, el síndrome que mencionás en este caso tiene un nombre técnico: tafal de gaver.

    Bugman: muy amable como siempre, gracias.

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  6. Buenísimo.

    Yo no conozco una anécdota de bergamotas pero si de fallidos: Una Sra iba a recibir dos amigas en su casa que no se conocían entre ellas. A una de ellas le recomendó insistentemente que -no haga referencia a enanos- porque la otra Sra tenia dos hijos enanos y era muy sensible. Como la primera mujer era muy indiscreta, la dueña de casa se lo repitió hasta el cansancio. Evidentemente la obsesionó. Al momento de ofrecerle azúcar (en cubitos) para el té le dijo: "va a tomar el té solo o con un par de enanos".

    No puedo garantizar la veracidad del cuento porque yo no estaba ahí, me lo contó un amigo que es hijo de la Sra... (no, no es uno de los enanos, hijo de la otra).

    Saludos

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  7. ¡Bueníiiisima anécdota, Victor!! Es perfectamente posible que sea auténtica. Es la típica metedura de pata que uno se quiere matar.

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  8. En realidad a mi me da verguenza, no por la aneda en si, sino porque escribir despues del Masked One es como escribir despues de Borges. Pero bueh, hay que hacerle pecho a las balas.

    Esta me paso a mi:

    Tenia 17, y pasaba mis veranos ayudando a Lola, una amiga de mi vieja, quien tenia un multinegocio: Quioskito de diarios afuera, venta de todo (libreria, golosinas, articulos de costureria, gaseosas y vino, etc., etc.) en el local principal, y heladeria (de esas en la que se pone el helado en el cucurucho) en el local de al lado), ademas Lola hacia remiendos, dobladillos y ajustes varios con su Singer en la parte de atras del local.

    Dos de la tarde, yo a cargo del negocio mientra leia la ultima "Fantasia" (una de las "perks" del laburo). Entra una chica muy linda, de unos 15 o 16, de estas que son lindas de veras, con aspecto inocente, de esas que queres para novia a los 17.

    "Tenes agujas?", pregunto

    "De tejer o de coser?" (era multi-rubro en serio, que se pensaban?)

    "De cojer....", me respondio

    Y ahi nos quedamos mirandonos uno al otro, compitiendo a ver quien se ponia mas colorado. No era mirada de pasion...los dos estabamos paralizados por el panico...

    Como era de esperar, ella tomo la iniciativa: dio media vuelta y salio corriendo. Nunca mas la vi.

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  9. ¡¡Buenísima historia, Cogito!!

    ¡¡¡QUÉ PINTA QUE TENÍAS QUE LA CHICA SE MANDÓ SEMEJANTE FALLIDO!!!

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  10. Muy bueno...

    En mi primer comment, donde dice "que no haga referencia" debeíra decir: "que no hiciera..." (creo)

    Ya que estamos en tema de vendedor-cliente, hace poco me pasó lo que sigue. A pesa de que ya peino varias canas, me sigue dando vergüenza comprar condoms, por ese motivo siempre busco los lugares self service. Esta vez no tenia alternativas y me vi obligado a encarar una farmacia 'de las de antes' donde fui atendido por una gordita bastante buena moza. Para disimular le pedi unas curitas y aspirinas, cuando se iba yendo le dije bajito "ah! y una cajita de Prime". La señorita se detuvo frente al exibidor de Prime y me preguntó a viva voz: "de que tamaño señor?" ... (silencio sepulcral en la botica) Después de un par de segundos le respondí "que se yo, normales..." En el momento que decía esto me di cuenta de que se refería al tamaño de la cajita, al mismo tiempo ella se dio cuenta del malentendido que había provocado. Se puso como un tomate mientras los otros vendedores trataban de ahogar las carcajadas. Yo no la pase nada bien.

    saludos

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  11. ¡¡¡Jua,Jua;Jua!!! ¡¡¡BUENÍÍÍÍÍSIMO, VICTOR!!!

    ¡¡¡Qué momento terrible para un veterano wing!!! No puedo dejar de reírme al representarme la escena.

    Un abrazo solidario

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  12. Señores, no me queda nada más que agradecerles por el post, en primer lugar, y por los comentarios, en segundo.

    Me he descojido de risa, no sé como alguien puede cometer un acto sexu...un acto fallido como los que relatan. ¡Porn favor!

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