Massot habla de Argentina pero su análisis aplica perfectamente a la situación de Honduras o a cualquier otro país de la región.
Aún el mejor marco legal es poco más que papel pintado si no existe la voluntad de atenerse a la ley:
Pero qué sucede cuando una de los contendientes se atiene escrupulosamente a esas guías y las acepta, aun cuando no le convengan, al par que el otro, con la particular coincidencia de ser, en este caso, el gobierno de turno, las ignora y pasa por encima de ellas en cuanta oportunidad le conviene.
Y no es un temita menor, la gran pregunta que surge de todo esto es ¿cómo se sale de semejante brete? Si desaparece la opción institucional, la de la legalidad, porque una de las partes no se atiene a ella, ¿qué caminos quedan?
Dos escenarios:
- esperar que la parte en falta entre en razón y se digne a respetar la ley (o que desaparezca de escena por cambios en las circunstancias políticas)
- hacer cumplir la ley por la fuerza
Aún si se da el primero, el escenario menos traumático, no se soluciona el problema de fondo. La puerta sigue abierta de par en par para que un futuro gobierno vuelva a hacer exactamente lo mismo.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.