Productividad

Acá pasa algo muy parecido a lo que cuenta Mike. La gente no se queda en el trabajo ni un minuto más después del horario, pero las 7 – 8 horas las pasa produciendo. No hay tiempos muertos.

(Nota: da para otro post, alguna vez lo comenté por acá, que no se nota la misma garra, el mismo hambre que se ve en las empresas y negocios de EEUU (y en cierta medida se veía durante los 90 en Argentina), que están dispuestos a atender al público hasta más tarde y abrir los fines de semana).

A diferencia de Argentina, no está bien visto que alguien se quede a trabajar después de horario (salvo en casos muy puntuales y muy esporádicos). La carga de trabajo está pensada para una jornada de trabajo normal y si una persona no es capaz de terminarla quiere decir que es lo suficientemente productivo.

Además del tiempo para el almuerzo, que suele ser no pago, hay 15 minutos de pausa a media mañana. La gente aprovecha y se toma un café y charlar un poco. A los 15 minutos exactos todo el mundo vuelve a trabajar sin que nadie les diga nada.

Estas situaciones suele generar una enorme confusión al argento promedio que, principalmente debido a la muy baja productividad promedio de la economía argentina, está convencido de que “trabajar mucho” es sinónimo de pasar 10 o 12 horas en la oficina y que “hacer méritos” implica irse después del jefe.