Ayer Fabiano, un amigo brasilero, nos contaba que la primera vez que los consumidores brasileros tuvieron acceso no restringido a productos importados, por lo menos durante su vida, fue a partir de la década del 90, con la entrada en vigencia del Mercosur y que básicamente se trataba de productos argentinos. Le llamaba mucho la atención la calidad de las mermeladas y jugos de frutas de climas más templados.
Hasta ese momento, los productos importados estaban limitados a comercios muy especializados y tenían precios absolutamente prohibitivos.
Me hizo acordar de lo que contaba hace unos días Rothbard sobre los brasileros que aprovechan viajes a BA para comprar componentes de computadoras.
¿Es ése el tipo de país que quieren realmente los argentinos?
Según el ranking que publica Cato sobre la libertad económica, en 2007, Chile estaba ubicado en el quinto lugar dentro de 141 países, Argentina en el lugar 105 y Brasil en el 111.
ReplyDeleteLos argentinos, en general, adoran el proteccionismo. Durante décadas les han metido en la cabeza el verso de que el proteccionismo es indispensable para impulsar la industria nacional. Y se lo creyeron.
ReplyDeleteEs muy contradictorio que la mayoría de los consumidores defiendan algo que les hace tanto daño a ellos mismos. Pero Argentina es así...
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ReplyDeleteAcá está barato lo que se puede contrabandear: cámaras, memorias, GPS, etc.. pequeñas dimensiones. Nada ha cambiado desde el virreynato, el contrabando es una actividad muy rentable en Argentina.
ReplyDeleteA idénticas políticas, idénticos resultados. El mercantilismo se viene aplicando casi continuamente desde esos años.
ReplyDeleteEl contrabando es lo que mantiene a flote a la Argentina y el proteccionismo es lo que mantiene a flote a los héroes de la UIA y a los funcionarios y sus ricas coimas.
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