Walmart, una de las bestias negras de la progresía bienpensante, tiene la política de no aceptar los sindicatos en sus tiendas.
En 2004 un grupo de empleados de una sucursal acá en Québec, la provincia con mayor porcentaje de sindicalización de Canadá, decidieron sindicalizarse. La firma anunció que iba a cerrar la sucursal y así lo hizo en 2005.
El sindicato los demandó ante la justicia para obligarlos a reabrirla y ahora la Suprema Corte le da la razón a Walmart: son dueños de abrir y cerrar tiendas como mejor les venga en ganas.
¿Resultado final? 190 personas en la calle. Eso sí, con dignidad.
Buenísimo; me gustaría saber cómo le está yendo al Walmart de acá...
ReplyDeleteSí, eso lo pueden hacer en países libres y sin matones en las calles ni políticas laborales de los ´40s.
ReplyDeleteAcá no podés comprar aspirinas en el Wal-Mart.