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Cachanosky sostiene que el objetivo del kirchnerismo para pagar deuda con reservas en tratar de endeudarse más para seguir financiando la festichola populista.

Las cifras que da son muy interesantes:

Cuando se anunció el default en diciembre de 2001, el stock de deuda pública era de 144.222 millones de dólares. En esos años, analistas, expertos y periodistas especializados te contaban que ese nivel de endeudamiento era “insostenible”.

A mediados de este año, la deuda pública era de 170.634 millones de dólares, incluyendo lo que se le debe al Club de París y los 30.000 millones de los holdouts.

Es decir, después de pagarle al contado con reservas al FMI y del mayor pagadios de la historia moderna en 2005, la deuda actual supera a la del 31 de diciembre de 2001 en más de 26.000 millones de dólares. Pero, como ahora estamos hablando de deuda digna, los mismos analistas, expertos y periodistas especializados te cuentan que está todo pipí cucú.

Como porcentaje del PIB, en 2001 la deuda representaba 53,7% y al 30 de junio de este año era equivalente al 56,7%. Muy interesante, según esas cifras el PBI argentino actual en dólares es básicamente el mismo que el de 2001, ¿de dónde salen las estimaciones de ingresos por habitantes de casi 9 mil dólares? En el mejor de los casos deberían ser menor que en 2001, ya que la población siguió creciendo.

Las reservas del banco central son unos 26.414 millones de dólares, no 47 mil millones. ¿Alguien se acuerda del nivel de reservas que le dejó Menem a De la Rúa? Alrededor de 30 mil millones de dólares, si no me equivoco.

Lo que implica que por cada dólar hay 4,38 pesos en circulación, o 5,83 si se patinan los 6569 millones de dólares para pagar deuda. Pero como los tenedores de pesos nacionales y populares tienen fe ciega en las autoridades monetarias argentinas, los temores son infundados.

Un hermoso regalo para el próximo gobierno.