El Guy en castilla

Guy Sorman sobre Copenhague, traducido a mano alzada para regalar, disfrutar durante el viaje o quedar muy bien con poco dinero:

Para algunos la lucha contra el calentamiento global es una lucha política, ecológica, moral, mística: los argumentos científicos a menudo disimulan intenciones no reconocidas. Por ejemplo: "el salvataje del planeta" permite a los hombres de estado recuperar una legitimidad y una autoridad que la política y la globalización económica les han quitado. Los anticapitalistas y los utópicos encuentran una causa que la confluencia mundial en la economía de mercado les había privado. Los místicos transfieren su deseo de absoluto sobre los nuevos ídolos paganos, Gaia, la Tierra, la Naturaleza. Los empresarios de la energía alternativa disimulan sus ganancias detrás de un discurso moralizador, el sueño de todo capitalista. Las víctimas de este nuevo discurso dominante, moralizador y autoritario, son los escépticos, los individualistas y los progresistas clásicos. Por progresistas entendemos aquellos que consideran que la libertad individual asociada a la economía de mercado hasta ahora ha sido capaz de hacer frente a los desafíos naturales (el clima, las enfermedades, la pobreza) mejor que los regímenes autoritarios moralistas. Existe el peligro de que de Copenhague surja una ideología autoritaria que, apelando a la ciencia pero aplicada por el Estado, reduzca la la libertad personal en nombre del salvataje del planeta. Esta perspectiva totalitaria es alarmante. Oponerse a ella no significa negar todo en bloque sino proponer una vía intermedia: un impuesto al carbono, si es a nivel global y a una tasa baja, permitiría diversificar las fuentes de energía (algo positivo en sí mismo, independientemente del clima) y reducir las incertidumbres climáticas sin destruir el impulso creador del capitalismo y sin convertir al hombre en un esclavo de un estado policial ecológico.