La noticia me hizo acordar a un artículo de un analista inglés, publicado a los pocos meses de la invasión argentina a Las Malvinas, que leí en 1983 o 1984 en la biblioteca de la Universidad de Wisconsin, cuando hojeando los diarios y revistas de 1982 tomé conciencia plena de la locura en que había caído el país.
El autor especulaba sobre la capacidad nuclear argentina. Sostenía que con el grado de desarrollo en el área que tenía el país, de proponérselo, podía producir armas nucleares en un plazo muy breve y se preguntaba si la derrota y la humillación de Malvinas no darían al régimen militar la excusa perfecta para hacerlo.
¿Cuál sería la reacción del gobierno argentino si una petrolera chilena comienza a operar en las Islas Malvinas, más allá de arrancarse los pelos y patalear tirados en el piso?
Nooooo, pero te olvidás de la diplomacia argentina, que es un auténtico combinado de estrellas, y no permitirá este atropello!!!!
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