Luis sobre el fundamentalismo ambiental:
El fundamentalismo ambiental pareciera estar dirigido contra el capitalismo. Y en principio es así; lo es para muchos militantes de la izquierda fanáticos de la causa ecológica. Pero no nos engañemos, nos quedamos cortos si nos detenemos ahí. El sistema de la libertad (como es más propio llamar al capitalismo) es el sistema en donde la creación del hombre se manifiesta en toda su fecundidad, en todo su esplendor. Es dentro de este sistema en donde el hombre modificando su entorno puede alcanzar para sí y sus semejantes posibilidades de vida y realización máximas, jamás imaginadas por sus ancestros.
¿Qué se consigue atacando al capitalismo? Suprimiendo al capitalismo colocamos un freno o un cerrojo a la creación y acción humanas, es decir al hombre mismo.
Hay en esta concepción ecologista, por darle algún nombre, una equivocada sobreestimación de la Naturaleza a la cual se ve como una divinidad en una suerte de extraño renacer del paganismo. Esta visión es propia de nuestra época y de sociedades opulentas. Un hombre perteneciente a ellas está alejado en extremo de las vivencias de escasez y aún de pobreza extrema en que vivieron sus antepasados y que viven aún otros seres humanos en zona extensas de la tierra. Desconoce así el verdadero carácter de la naturaleza para con el ser humano; bella, indispensable, pero mezquina. Todo lo que el hombre ha logrado lo ha conseguido modificando la naturaleza.
Estas visiones ecologistas, que tienen esta errada concepción, construyen un erróneo sistema de valores que las acompaña. Lo bueno y el bien se hallan en lo “natural”, lo virgen, lo inmodificado. Lo malo y el mal se encuentran en lo “artificial”, lo “no natural”.
¿Pero qué es lo “artificial”?
Lo artificial es todo lo que el hombre crea o construye (“obra de arte” en su mas amplio sentido). Y si condenamos lo artificial estamos condenando al hombre, dígase lo que se quiera, y lo estamos condenando por sus obras que son inseparables de su modo de ser.
¿Qué pretende esta concepción?
Que el hombre abandone su existencia alejada de “lo natural” para volver a encontrarse con la naturaleza en donde cesará su inquietud y desasosiego, su “estrés”, que no es más que una consecuencia de la civilización, fundiéndose con la Naturaleza que es la divinidad de donde salió (El mito del Eterno Retorno).
Como se ve no es más que un torpe engendro religioso y castrador.
Y como religión es muy pobre y sin alcances.
Ya lo leí en otro comentario, hace mucho mucho tiempo: " ¡¡J. J. ROUSSEAU, ANDATE A LA PUTA QUE TE PARIÓ!!"
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