Para esta época del año solía comprar un budín marmolado Fantoche SIN fruta abrillantada ni nueces, que salían dos mangos. Muy rico.
Cuando era chico, era un clásico ir a ver el pesebre que armaba una tía. Forraba con papel madera todo el hogar, para simular las paredes de una caverna, y armaba un pesebre inmenso, que además de la Sagrada Familia tenía decenas de animales de granja, camellos, pastores, lagos (que eran espejos), palmeras y demás.
Cada año era más grande que el anterior porque siempre alguna visita traía algo más para agregarle.
¡No serás primo mío, Louis, porque mi vieja hacía eso!
ReplyDeleteMuy lindo, yo recuerdo un Papá Noel que armé de chico del que estaba orgulloso y sobrevivió muchos años hasta descuajeringarse.
ReplyDeleteEn cuanto a budines, me hago un budín de limón cuya receta aún no me atrevo a publicar (he mejorado la original), no sé si estoy listo para compartirla con el mundo.
Un año no se me ocurrió mejor cosa que llevarle un dinosaurio de mi colección y mi tía, que era muy religiosa, me saco carpiendo por hereje.
ReplyDelete“Pero nene, ¿a vos te parece poner un bicho de esos al lado del Niño Dios?”
La tía era una creacionista de la primera hora :)
ReplyDeleteen mi casa pasaron muuuuchos años hasta que fue permitido el árbol de Navidad.... solo estaba "permitido" el pesebre en la chimenea y los zapatitos a los pies para que el Niño Jesus dejara los regalos... ahora si tienen árbol.. y pensar que acá quieren prohibir los árboles (aunque estén sin adornos) por considerarlo un símbolo religioso... no se... cuando yo era chica los más religiosos sostenian que el árbol era un simbolo pagano y ahora en USA lo prohiben por ser un simbolo religioso...
ReplyDeletecomo dicen por esta casa "interesante Acosta..."
Mike, mi tía era muy religiosa y llegó a ocupar cargos muy importantes en las organizaciones católicas locales. Pero, como suele ser común entre los católicos, nunca me dio la sensación de ser una “literalista” bíblica. No me acuerdo haberla escuchado hablar del tema de la evolución.
ReplyDeleteMira vos, Dolores. En casa teníamos un arbolito medio chicón que armábamos todos los años. Los adornos eran de vidrio y venían en cajas parecidas a los de los huevos de esos años. Si se caían se rompían en mil pedazos. Muchos eran heredados de mi abuela.
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