El régimen cubano detuvo a un ciudadano de EEUU contratado por la Agencia para el Desarrollo Internacional por el terrible crimen de repartir computadoras portátiles y teléfonos celulares a activistas de la isla.
Parafraseando a Luca, para la izquierda lo peor es la libertad.
Ellos no le temen a las AK-47 o a los lanzadores de RPG sino a la libre transferencia de información.
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