Asistencialismo vs. generación de riqueza

Yo sigo creyendo que la principal causa de que a la Argentina le vaya como le va es cultural. Se trata de la forma en que los argentinos se relacionan con la realidad, de su actitud ante la vida.

Infobae destaca en titulares que un estudio privado determinó que con el nuevo plan social por hijo que inventó el kirchnerismo se “reducirá la pobreza” en un 5%, que pasaría del 32,5 al 27,5%.

Más allá de que con la manipulación de las estadísticas a esta altura del partido ya nadie sabe cuáles son los verdaderos números del país, aparentemente hace falta aclarar que la solución para la pobreza no pasa por el asistencialismo.

Lo mejor que le puede pasar a un pobre es dejar de serlo cuanto antes. No lo va a lograr nunca si sus ingresos dependen de la limosna, de un funcionario sacándole de prepo a Juan para darle a Pedro.

El asistencialismo puede ser necesario en el cortísimo plazo ante situaciones de fuerza mayor, pero no representa una solución de fondo. En definitiva, estas medidas no hacen otra cosa que ocultar el problema. Y creo que no hace falta aclarar que el primer paso para solucionar un problema es admitir o tomar conciencia de que existe.

Salir de la pobreza implica necesariamente dejar de ser un cliente político, dejar de depender de la limosna de un puntero y tener la posibilidad de acceder por mérito propio a un puesto de trabajo genuino con la mayor productividad posible.

Si las autoridades argentinas desean realmente terminar con la pobreza, deben avanzar decididamente en la desregulación del mercado laboral y crear las condiciones para que la gente pueda invertir y trabajar sin las confiscaciones periódicas y los constantes palos en la rueda.