Jan 21, 2010

Deleite

La derrota demócrata el martes pasado le dio un inesperado cambio a mi rutina en las mañanas. Normalmente, café bebido es la norma. No-o para un día como el de ayer. Muffins caseros y jugo de guava con champagne para esperar las primeras palabras del demócrata más detestable del periodismo americano.

Mi instinto fue pensar que este hito va a marcar un giro en el gobierno de Obama. Para bien, ya que sigo pensando que al tipo le gusta el salón hueval y TAN imbécil no es. Hacer oídos sordos al mensaje del martes sería de suicida. Y al leer las declaraciones del presidente ayer, poniendo paños fríos a la situación, me parece que esa es la dirección que va a tomar a partir de ahora.

Pero Paulcito Kamikaze Krugman tiene la idea de que hay que pelear hasta morir. Y la vena le sale por el cuello. Y a quien elige como objeto de su ira? A Obama. Qué lindo es tomar Champagne a la mañana!

2 comments:

  1. Yo espero sinceramente que el tipo recapacite y que entienda que la gente puede haberlo votado hace un año pero NO quiere convertir a EEUU en un país pedorro más del montón.

    Los demócratas aún tienen una enorme capacidad de mandarse garcadas.

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  2. "I’m pretty close to giving up on Mr. Obama"

    ¡qué placer! Come on, Paul, give up.

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